015

767 41 12
                                    

Naomi.

—Todo saldrá bien, apartir de ahora.—Dice el rubio.

Lleva más tres horas sin parar de hablar.

Mi corazón dolía inmensamente, en que momento me metí en todo esto.

No sabía que saldrían tan caro enamorarme de Tom kaulitz, porque, porque tengo que alejarme yo.

—Entraras a un universidad en Tokio, terminarás tus estudias y te convertirás en una exitosa empresaria, o doctora, o bióloga, o lo que se te de la hagan.—Dice el rubio.

—Oye...—Digo, captando su atención.—Podrias callarte por una hora, porfavor.—Digo, el ríe y asiente.

Se pone sus audífonos y se recuesta en el sillón.

Llevamos seis horas horas de vuelvo, me encuentro totalmente lejos de todo por los que eh luchado por años, ni siquiera sé si volveré a ver a mi madre, está claro que tengo que olvidarme de Tom.

Duele decirle, pero es la realidad, tengo que hacerlo por el bien de ambos.

Recuesto mi cabeza en la ventana del avión, viendo el hermoso paisaje, me entró tanta nostalgia ver todo esto, pero no disfrútalos para nada, varias lágrimas brotaron de mis ojos.

Tenía demasiados sentimientos encontrados, no se ni como sentirme en estos momentos.

Talvez deba llamar a Tom, y contarle todo por lo que estoy pasando, aunque dudo que eso sea buena idea.

Empezaba a extrañar a Noah, Bill, y por supuesto a mi Tom, los extraño demasiado. . .

(...)

Después de un largo tiempo, por fin habíamos llegado a Tokio, ya se había hecho de noche, la cuidad era hermosa, pero la verdad esque no disfruto estar aquí, no se me permite estar feliz aquí.

Al salir del aeropuerto un auto color gris nos recogió ambos, el rubio me obligó a subirme al auto, segundos después lo hizo el.

—Vera ordenó que te cubriera los ojos, pero es una gran cuidad, creo que no será necesario hacerlo.—Dice el rubio.—Disfruta del paisaje.—Se recuesta en el asiento y cierra sus ojos.

Mis ojos ardían horriblemente, eh venido todo el camino llorando en silencio, me eh tragado demasiadas palabras, palabras que se acumulan en mi garganta.

Demasiadas preguntas que invadan mi mente, preguntas que talvez nunca sean respondidas.

El camino fui silencioso, yo simplemente miraba los edificios pasar rapidamente, las personas murmuran entre ellas, varias familias y amigos ser felices juntos, sin que nadie lo impida.

Parejas caminar agarrados de la mano por las calles, y aquí es donde mi mente estalla, recordando tantas cosas. . .

—Nada que agradecer, eres la persona más fuerte del mundo, gracias por llegar a mi vida.—

Aquellas palabras que desde aquel día se han guardado en mi corazón, aquellas palabras que me llenaron de felicidad.

—Te haz ganado mi confianza Naomi, juro que a mi lado no te faltará absolutamente nada.—

Cómo lo extraño, como extraño sus cálidos brazos, como extraño ver sus labios, como extraño su voz, como extraños todo, absolutamente todo de el.

—El imbécil de Tom te pediría ser su novia, tenía que intervenir.—

Ahora recuerdo esas palabras, las únicas palabras de vera que alegraron mi día, Tom me pediría ser su novia, tanta emoción no cabía en mi.

Yo...Le gusto a Tom.

Le gustó a Tom kaulitz.

Y ahora es donde me doy cuenta. . .

¿Porque? Porque eres así conmigo universo, porque me tenia que enamorar justo de el.

(...)

Después de pensar por varios minutos logré quedarme dormida.

La verdad estaba demasiado cansada, para mí todo esto es irreal.

(...)

Me encontraba sentada en un hermoso prado, el viendo golpeaba suavemente mi rostro, los pajaritos cantar irónicamente.

—Nao...—Mi amor...

Me volteo lentamente viendo a Tom caminar hacia mi, este traía una sonrisa nerviosa, ocultaba algo atrás de él, sonreí divertida y me levanté del césped.

—Que pasa cariño.—Digo...

Cariño...

—Me gustaría...—Con una mano acaricia mi rostro, mientras aún escondía algo atrás de él.—Tengo una grandiosa propuesta para ti.—Dice bastante nervioso.

—Dime...—Sonrio.

Tom ríe, mira al cielo y cierra sus ojos, lentamente se agacha, quedando apoyando en una rodilla, saca su otra mano, está traía una pequeña caja color rosa pastel, era hermosa.

—Tu me harías el hombre más feliz del mundo...—Una lágrima recorrió su mejilla.—Casandote conmigo.—Abre lentamente aquella caja, dejándome ver un hermoso anillo, este traía un hermoso diamante en medio, no podía creer lo que estaba pasando.

—Si, si quiero casarme contigo.—Digo bastante emocionada, tratando de contener mis hagañas de llorar de la felicidad.

Este se levantó rapidamente, y agarra, alzandome en sus brazos abrazandome fuertemente, dando repetidas vueltas conmigo en sus brazos.

Se detiene y me baja nuevamente, poco a poco se empieza acercar a mi, estábamos apunto de besarnos pero...

Naomi, ya llegamos, despierta.—Escucho al rubio llamarme.

Rápidamente abro los ojos, dándome cuenta de que todo eso era un simple sueño, y que seguía viviendo la pesadilla.

(...)

—Y que tal, te gusta.—Pregunta el rubio.

—No.—Contesto bastante seria.

Aquel chico se encontraba mostrándome mi nueva habitación, a decir verdad es muy linda, pero no me voy a poner feliz por esto.

—Que mal, porque aquí es donde te quedarás.—Dice con una sonrisa sarcástica.—Bueno, me retiro, adiós.—Sale de la habitación.

Y aquí me encuentro, en "mi nueva habitación" mirando cada detalle de estas cuatro paredes.

Dónde estaré encerrada toda mi vida. . .


La niñera -Tom kaulitz-Where stories live. Discover now