Unwritten

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Colette había salido rápidamente de la tienda pues no quería llamar la atención, ella miró a todas las direcciones que su cabeza le permita ver pero no había visto a nadie.

Ella suspiró aliviada pero se sorprendió al ver que Fang estaba sentado arriba de un auto.

—Hola ¿Colette? —Fang saludaba a Colette pero se sorprendió al verla pues se veía muy molesta, Fang sintió en su interior que era un mal momento para hablar con ella así que solo dio la vuelta.

Sin embargo ya Colette lo había visto y tenia cosas que hablar.

—Oye tu come ratas. —Colette sin importarle nada decidió insultar a Fang quien no quería dar la vuelta para hablar con ella, Colette supo que Fang no le daría la cara así que Habló fuerte y claro—. Escúchame bien armador de zapatos, dile a tu amigo Buster que no siga metiéndose en mis asuntos, si me doy cuenta que si por él tengo algún imprevisto dile que se atenga a las consecuencias de molestarme, déjale en claro que al único hombre que puedo amar es Edgar y que no dejaré de ser la mujer de Edgar sino quiere entender eso será mejor que se largue de aquí porque me deshare de él.

—Yo no soy tu mensajero, zorra. —Fang le respondió con un tono poco amistoso pues parece que los insultos de Colette lo habían calado.

Colette se molestó y de su bolso sacó su glock 17 y con este mismo apunto a Fang, ella tenía los ojos color rojo y al parecer iba a cometer un asesinato, sin embargo cuando iba a detonar escucho a lo lejos la voz de Buster.

—¡Fang enciende el auto y vamonos de aquí! —Fang giró para ver la entrada pero miró un brillo por la parte donde estaba Colette, Fang con con rabillo de sus ojos miró como Colette aún lo apuntaba y eso hizo que fang se lanzará al suelo dando un pequeño grito debido al miedo que tenía.

Colette se asustó y guardó su pistola en su bolso y se fue alejando del perímetro. Buster llegaba frente al auto y este llevaba una caja mediana que a simple vista se veía pesada.

—Fang ¡Rayos! —Buster miró como fang estaba boca abajo en el suelo y no dudó en darle suaves patadas a sus costados con sus duras botas amarillas—. Levántate que hay que irnos, idiota te dije que encendieras el auto pero ni eso sabes hacer.

—¡Jódete idiota! —Fang le gritaba a Buster mientras se levantaba del suelo, el chino quedó de rodillas frente a Buster y le gritó muy molesto—. Eres un maldito estúpido, te dije que no te metieras con la estúpida de Colette y ahora por tu culpa la muy perra me apuntó con un arma, ¡Es por eso que estoy en el suelo!

—¿Vistes a Colette? —Preguntó alegre Buster mientra buscaba a su alrededor.

Fang se levantó molestó pues Buster ni le prestó atención con lo que había sucedido recientemente.

—¡Eres un maldito idiota! —Dijo Fang muy rabiante y empujó a Buster, el chino quien no soportó se alejaba de su amigo mientras le seguía regañando—. ¡Por lo que más quieras Buster! Deja en paz a esa loca, me estaba apuntando con un arma, una  maldita pistola, ¡lo imaginas! Sé de lo que es capaz esa perra y créeme que matar es lo menos psicópata que puede llegar hacer.

Fang siguió hablando pero dentro de la mente de Buster estaba la imagen de una Colette sonriente mientras usaba un sombrero de paja el cual adornaba un largo cabello blanco y rizado; un vestido blanco con flores estampadas, además de estar completamente descalza, ella giraba y bailaba frente a un viñedo. Ella le sonreía tímidamente a buster, ella le lanzaba besos y se tapaba con su largo cabello, el rostro sonrojado. (claro que en su sueño)

—Cielos, es un ángel... —Buster regresó a la realidad, pues aún seguía alegre por haber tocado algo más de Colette y siguió ignorando a fang, tanto así que se dirigió a su auto mientras tarareaba una canción; abrió las puertas de su auto y puso la caja dentro del auto, era la parte de los asientos trasero. Todo eso demostrando que tenía un buen día.

Solo son negocios.Where stories live. Discover now