38.Peores que yo están por llegar.[Ana]

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⚠️Pequeño short.⚠️

🖐️ESCENA SENSIBLE.🖐️

De nuevo entre las cuatro paredes de este maldito manicomio.
Esta cárcel acolchada, de la cual no puedo salir, no puedo respirar aire puro, ni fumarme un cigarrillo si es que fuese fumadora.

Cuando vine por mi propio pie a encerrarme en ese demoníaco lugar, pensé que aquí estaría refugiada de todas las entes diabólicas que se querían apoderar de mi, pero al parecer me equivocaba. Me persiguen, me encuentran y pasan a través de mi hacia el más allá.

Matthew me lo explicó. Me dijo que él no se iría jamás de mi lado, ya que al salir de mi cuerpo, abrió un portal, el cual habita en mi interior.

¿Será posible que si me marcho de este mundo, el portal se pueda cerrar?. ¿Tal vez si muero, el portal se cierra?.

Llevo noches soñando con dos criaturas. Un niño pelirrojo y una niña morena. Los dos juegan en un terral de un parque, con sus palas y sus rastrillos a hacer figuras de tierra con el agua que hay unos pasos a lo lejos de la lluvia reciente.
En dicho sueño también aparece Channel y por supuesto, Charlotte, las cuales miran a los niños mientras hablan en un banco cercano a ellos.
El niño tiene el mismo don que su madre, incluso el será más poderoso a medida que va pasando el tiempo, lo puedo ver en sus claros ojos.
La niña será una excelente estudiante y a pesar de que se criarán juntos y se separaran un tiempo por los estudios, se amaran de por vida.

Es un sueño hermoso, pero solo puedo ver hasta ahí. Ojalá poder advertirle a las chicas que, después de todo, tienen que superar todo juntas y espero que me equivoque, pero ojalá no tengan que separarse por el bien de ellas mismas.
El trabajo de cada una y el don no reclamado que han heredado la familia Vega, pondrá todo el mundo de ellos y de los de alrededor de vuelta y media otra vez, pero los caminos de cada persona, tal vez siempre se unan en un mismo puerto.

Se abre la puerta de mi habitación, dejando ver al doctor de cada día que viene con la medicación.

-Ten loca, tu pastilla.- dice el chico de no más de treinta años.

-Ojala te mate un espíritu como intentaron hacer conmigo, pedazo de hijo de puta.- me levanto de la cama de golpe y me abalanzo en su dirección haciendo que me tire la pastilla por los aires y se vaya corriendo hacia la salida, cerrando deprisa la puerta detrás de él.

Comienzo a reírme al ver tras el ventanal de cristal su cara de terror. Le guiño un ojo y le lanzó un beso juguetona haciendo que se marche al fin.

Que suplicio tener que exagerar para que te dejen tranquila.

Cojo la pastilla del suelo y abro la cápsula de plástico duro, pongo los polvos debajo de mi lengua y vuelvo a cerrar las dos partes del plástico.

Hace una semana, al de seguridad que entró a darme la pastilla, se le cayó el mechero después de que le asaltara como a este que se acaba de ir, es hora de utilizarlo.
Es hora de terminar con esto.
Saco el mechero que lo tengo debajo del colchón y con sumo cuidado de que no se derrita el plástico, que solo se caliente, comienzo a chafar ambas partes de la cápsula.

Aunque me quema, pego el plástico caliente a la pared y lo aprieto con mi dedo, haciendo de este plástico un arma de doble filo.

El doble filo que terminará con todo mi sufrimiento.

-Hazlo cobarde. No tienes a nadie en esta vida. Nadie te quiere. Eres inútil.- la voz de Mathew desde el más allá atraviesa mis tímpanos, haciendo que cada vez que sus palabras suenan en mi cabeza, mi pecho se sienta más y más vacío.

Me tumbo en la cama mirando hacia la pared, cierro los ojos y con la cuchilla casera que me he hecho, perforo la piel de la parte interior de mi muñeca.

-Antes de que te vayas, vas a hacer algo por mi. Con tu propia sangre vas a escribir mi mensaje. El mensaje que nunca pude dar.- me susurra Mathew en el oído. Ahora parece que salió del limbo y está aquí a mi lado.
No sé si es mi delirio. No sé si es la falta de sangre, pero creo que lo veo de nuevo ante mis ojos. -Escribe;
·No me fui aquel día. Me voy hoy y me la llevo a ella. Esto no termina conmigo.·

No le he ordenado a mi mano que le haga caso, pero ella aún así lo hace, sin permiso.

-Yo me voy, pero peores que yo están por llegar a este mundo. Una pena que no me pueda quedar para verlo.- escucho a la lejanía mientras estoy terminando de escribir lo que él dictó que plasmara en la pared.

-Debo de estar loca de verdad para que esto sea lo último que haga en mi miserable vida.- dicho esto, poco a poco, mis ojos fueron cerrándose, mi cuerpo fue paralizandose y mi corazón parándose.

 VIDA NOCTURNA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora