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Tres amigos.

El tan esperado fin de semana llegó, Sakura casi no pudo dormir el viernes pero Anko se las ingenió para cansarla lo suficiente y noquearla para que durmiera. La morena se estaba riendo cuando llegó Tsunade deshecha a casa. 

—Hey Anko, ¿Todo bien?— Preguntó al frente de la puerta de Sakura. 

—Se durmió hace muy poco, le hace mucha ilusión conocer al niño de mañana— Anko la siguió y bajo la voz, Tsunade ordenó su cabello, ella seguía viendo esa marca que casi traslucida, seguía sin desvanecerse. 

Aun no se muere de hambre ¿Es bastante duro?

—Aparte de la amiga por correspondencia—agitó la linda carta en sus manos —hizo otra amiga en el colegio. Dice que la traerá la próxima semana a jugar aquí pero tiene que fingir sorpresa cuando se lo diga. 

—Eso haré— Tsunade oculto un bostezo y arrastró los pies hasta afuera. —Quedate, ya es tarde. 

—No, no. Volveré el maestro debe estar ocupado en el laboratorio. 

Tsunade negó —ve a casa, voy a llamarlo ahora así no va a estar disponible.

Anko asintió, si Tsunade lo llamaba por supuesto que dejaría todo. —Entonces me iré a dormir. Mañana entragré la correspondencia con los Hyuga.

—Me sorprende mucho que se haya hecho amiga de la princesa de los Hyuga, fue inesperado— los Hyuga eran clientes frecuentes en su hospital, no estaba mal tener algunas conexiones con ellos pero eran muy inaccesibles. —No lo vayas a olvidar. Sakura se sentirá muy triste si su amiga espera demasiado.

Ella planeaba dormir hasta media tarde del próximo día, estaba muerta. Se bañó a penas y se tumbo en la cama como un costal. Mandó el mensaje y comenzó a roncar. 

Al dia siguiente Sakura era un resorte lleno de energía, desperto primero que todos en casa. Shizune fue por un café cuando se encontró a Anko que iba por lo mismo. Personalmente Shizune no le gustaba nadie de la gente de Orochimaru pero Anko era alguien que le agrado en la medida que vio a Sakura más alegre. 

Si es buena para Sakura, es una buena persona. Se convenció mentalmente.

Se saludaron mientras veian a la niña servir la mesa, las dos fueron a preparar desayuno y cuando estaban sentadas apareció entrando por la puerta trasera Jiraiya. —Oh, llegué justo para el desayuno en el convento. 

Comenzó a llamar la casa de Tsunade el convento porque solo vivían mujeres solteras allí. Si Anko ni Shizune tenían novias aunque era mujeres jovenes y bonitas, parecían que iba por la senda de Tsunade, él sentía que esto era un castigo para todos los hombres. 

Lloró por dentro mientras las dos jovenes lo fulminaban con la mirada.

Sakura saltó al verlo —¿Iremos?

Él levantó el pulgar —esta todo listo, solo venía confirmar que tiene permiso para salir— Sakura saltó extendiendo sus brazos. 

—¡Si!— Todos rieron al verla tan emocionada.

Jiraiya preguntó de inmediato por Tsunade, Shizune contestó —esta fuera de servicio.

El peliblanco se lamentó queria verla, le dio unas palmadas a Sakura, —bien vendré a buscarte cuando lleve al niño al parque, ¡Nos vemos hermanas!— hizo una reverencia anticuada y Shizune bufó molesta.

Anko se puso de pie —Señor yo me voy acompañeme al paradero— se apresuró en darle un besó en la mejilla a Shizune descolocándola y luego alzó en sus brazos a Sakura y la lleno de besos. —¡Nos vemos el Lunes amiga!

Poseidos.Where stories live. Discover now