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Natalia.

Zack, Aron y Dylan chocan sus manos con orgullo. El equipo aplaude y felicitan a los actores por el trabajo realizado. Aron sale corriendo de la escena y agarra su mochila. Camina con paso firme hasta la puerta de salida. Yo le observo desde uno de los sofás del decorado, pero me levanto y acelero el paso para alcanzarlo. No me hace falta pegar una voz, al escuchar mis pasos detrás de él se detiene a dos metros de su vía de escape. Al girarse me pilla sonriendo como una estúpida.

—No te vayas —le pido.

—He quedado, Natalia —dice, con sentimiento de culpa. Puedo verlo en su cara.

—Hoy me he decidido a probar suerte en el bar que soléis frecuentar. Me gustaría que la primera vez estuvierais todos, llevarme ese recuerdo para siempre...

—Natalia, mañana podríamos estar todos.

—¿Por favor? —casi le suplico, con voz muy aguda. Entrecierro los ojos y adelanto la cabeza por delante de mi cuerpo. Aron niega con la cabeza, al mismo tiempo que camina hasta la puerta. Detiene sus pasos justo al lado del pomo, mientras lo sujeta—. Eres el único capaz de poner paz entre nosotros. Si tú no estás... estoy segura de que seremos testigos de una guerra de balas y puñales metafóricos. Zack no se calla, Cat ríe por todo, Dylan y yo no nos hablamos y Lily aprovecha cualquier ocasión para lanzarle puyas.

—¿Quieres que te cuente un secreto?

—Adelante —digo, irónica, poniendo los ojos en blanco. Aron duda unos segundos, agarra el asa de su mochila con una mano y se acerca hasta mí—. ¿Quién es la afortunada? —me intereso. Aron abre los ojos y se queda boquiabierto. Al instante, me aparta la mirada—. O ¿Afortunado? Quieres decirme que tienes una cita ¿no? Ese brillo en los ojos, las prisas... He leído muchos libros de romance para saber lo suficiente sobre primeras citas.

—No quiero que lo sepa nadie.

—¿No quieres que sepan que tienes una cita?

—No quiero que sepan que me gustan los chicos.

Sonrío con ternura.

—Tu secreto está a salvo conmigo.

—Gracias... Pero no es eso lo que quería contarte. Tu mejor amiga se llama Lara ¿verdad?

El gesto de mi cara cambia por completo. Frunzo el ceño y la sonrisa se esfuma.

—Tiene conversaciones muy cariñosas con Zack.

—¡¿Zack y Lara tienen sexo telefónico?! —grito. Aron me tapa la boca con rapidez colocando su mano encima, haciendo presión. Los músculos de mi cuerpo entran en tensión y él se da cuenta. Se aparta en ese mismo momento—. ¿Estás de coña?

—También hablan de otras cosas —dice, divertido.

Me quedo boquiabierta, sin hablar, viendo como se marcha.

¿Mi mejor amiga tiene sexo telefónico con mi nuevo mejor amigo?

Estoy entre ilusionada y asqueada. No me imagino, ni quiero hacerlo, a mis dos protegidos diciendo cosas guarras por teléfono. Ahora todo empieza a encajar... Por eso Zack quería saber más sobre ella... de ahí las preguntas de la otra tarde, que quisiera ver más y más fotos de ella, sus aficiones, todo lo que tenemos en común... Ahora entiendo la sonrisa tonta que tenía Lara el otro día cuando le contaba una anécdota que había ocurrido mientras rodamos una escena Zack y yo... ¿Soy el cupido del sexo? Quién lo diría...

Al girarme para volver a mi puesto de trabajo de esta tarde, que es presenciar las escenas que los demás graban para dar el visto bueno como escritora de la historia, Dylan acaba de rodar una escena en solitario. Una toma ha sido suficiente. Agus le felicita con cara de pocos amigos y Dylan finge que le alegran sus palabras. Hay algo entre ellos dos, algo interno de su relación que no termino de creerme. Sin en cambio, Gia se acerca hasta él y se funden en un abrazo, ante la atenta mirada del director, que parece buscarme de forma insistente, porque cuando el ayudante del director me localiza, me señala con el dedo y me indica que me acerque hasta allí.

Nosotros Nunca [YA EN PREVENTA]Where stories live. Discover now