El monstruo de las pesadillas (4)

493 40 3
                                    

Natalia.

Cuatro años antes...

—¿Quieres venir a mi casa a ver una película? —pregunta Tyler. Permanezco inmóvil. Sus padres me miran con una sonrisa. No sé cómo decir que no. No quiero pisar su casa, otra vez no. La última vez pese a decir no... ¡No quiero!—. No me gusta la gente que se hace de rogar. No te voy a suplicar, vas a venir.

—¡Será genial! Tyler tiene un montón de películas en su habitación... podéis verla en el salón. Nosotros saldremos —dice su madre.

—Tengo planes —miento.

—¡Oh! Qué pena... —dice su madre. Me acaba de conocer, pero siento que la conozco de toda la vida. Cuando me fijo en su padre, frunzo el ceño. Le conozco, por supuesto que sí. Ha hablado en alguna ocasión con el monstruo de las pesadillas—. ¿Cómo están tus padres? —pregunta, como si me leyera la mente.

—Están de puta madre, gracias por preguntar mamá —masculla Tyler. Me agarra del brazo con brusquedad y nos escondemos detrás de una furgoneta. Por el retrovisor veo a sus padres marcharse—. ¿Qué coño te crees que estás haciendo? ¿Con quién has hecho planes tú?

Como buenamente puedo, rasco mi brazo para que su mano me suelte. Finalmente, termino empujándolo. Tyler me mira con los ojos inyectados en sangre. Mientras camino hacia atrás, él se cruje los nudillos.

—Oye... Tyler... quería hablar sobre algo.

—Yo no quiero hablar —se limita a decir.

—No creo que esto que... —siento un nudo en la garganta—. No creo que entre nosotros haya algo sano... creo que nos estamos haciendo daño. Tú te estás haciendo ilusiones y yo... eh... ayer te pedí suplicando que no me besaras, que no me tocaras, que no... —comienzo a llorar—. Me hiciste daño, mucho daño. Y no quiero volver a sentirlo.

La suerte no me acompaña, pues choco con un coche. No puedo seguir caminando hacia atrás. No puedo huir de él.

—¿Cómo dices, princesa?

—Nada —termino por decir.

—Ah, pensaba —ironiza. Me da un beso en la mejilla y me aparto, asqueada—. He cambiado de opinión. No quiero que la gente conozca nuestra relación, lo llevaremos en secreto.

—¿Qué relación? —pregunto, con la voz temblorosa.

—¿No te quedó lo suficientemente claro ayer? Follamos, Natalia. ¿Se te ha olvidado?

—Yo no quería...

—Somos novios, hacemos cosas de novios.

Nosotros Nunca [YA EN PREVENTA]Where stories live. Discover now