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Dylan.

Creo que voy a vomitar.

Cierro los ojos y consigo controlar las náuseas. Anoche me pasé con el alcohol. Intento incorporarme aún con los ojos cerrados, pero vuelvo a tumbarme emitiendo un gemido. Me duele todo. Siento los hombros cargados. Por el dolor que siento en la espalda sólo espero que al abrir los ojos no vea alfileres en la cama. En las piernas siento presión. Y la jodida cabeza me va a estallar.

Lo primero que veo al abrir los ojos es la lámpara del techo. De ella cuelga una máscara de Spider-Man. Anoche cuando llegué a casa tuve que quitarme la ropa de aquella manera sin importar dónde cayera. Me quedo observándola y recuerdo instantes de la fiesta. Todos íbamos disfrazados. Natalia y yo ganamos el premio a la mejor pareja de disfraces. Ella iba de Spider-Gwen. Me besó delante de todos. Y recuerdo tener mi mano en su culo. Ella se rio y yo me aparté con vergüenza, pero la llevó de vuelta a su cuerpo. Y la volví a besar.

La botella de Whisky que nos dieron de premio la bebimos entre todos a palo seco. Terminamos en una piscina. Y vino la policía. Creo que fue Andrea, que algún día fue mi novia, la que llamó a la policía. Era su casa, pero nos enteramos tarde. Si lo hubiéramos sabido antes no habríamos ido, mucho menos después de que días atrás, Agus la despidiera el mismo día de su incorporación al elenco. Quizás tuvo que ver el ultimatum de Natalia, o quizás no. Apuesto porque mi presencia en su casa a la hora de cenar le incomodó. Gia me invitó y yo asistí encantado. Agus y yo hablamos, sin llegar a las manos, claro. Y quizás se me escapara que conozco secretos suyos que a la policía no le harán mucha gracia. Solo quizás. ¿Incubrir un asesinato podría ponerle contra las cuerdas?

Gia se alió conmigo y conseguimos hacerle entrar en razón. Antes de que desapareciera de nuestra vista para correr a llorar en los brazos de mi madre, me encaré a él y le advertí. Si le pone una sola mano encima a Gia, lo mataré a puñetazos.

Desde ese día, por lo que sea, Gia parece otra. Sonríe más, si es que es posible. Y tiene más poder en el proyecto, lo que significa que Agus ha quedado eclipsado por el talento de su todavía mujer. Sé que se sigue viendo con mi madre. Mejor dicho, lo supongo. Y me duele que Gia, pese a saber lo que está pasando en su matrimonio, no haya decidido poner punto y final a un sin fín de mentiras, pero en mi mano ya no hay ninguna baza más que jugar. Esperaré que llegue el día. Quiero verlo derrumbarse. Y a ella renacer. Estaré para ella tal y como estuvo para mí cuando mi mundo se derrumbó.

Me ruge el estómago. No sé si es porque tengo hambre o porque están volviendo las ganas de vomitar. Necesito estar tumbado, pero tengo calor. Vuelvo a abrir los ojos y, esta vez sí, me incorporo. Me quedo observando mis piernas y pestañeo un par de veces porque no creo lo que estoy viendo. Aún tengo en mis piernas el traje de Spider-Man. No recuerdo si, de camino a la cama ayer me caí, pero no tengo marcas en las piernas. Y tampoco me duele la rodilla. Para colmo, cuando me mire en el espejo a lo mejor me encuentro un chichón en la frente. Me palpo el rostro con la esperanza de no encontrar bultos o heridas. Mi preciosa cara sigue siendo preciosa.

Me estiro y bostezo.

Escucho que alguien me manda callar y frunzo el ceño. O tengo alucinaciones o... ¡No me jodas! Miro a mi izquierda y encuentro a Zack abrazado a mi almohada, en calzoncillos. Son horribles. Jamás pensé que mi surfista de pacotilla preferido los llevara de estilo slip y blancos. No creo que esta noche, bajo los efectos del alcohol, le haya confundido con la chica más guapa del planeta, pero no hay nadie que me lo pueda confirmar, salvo él. Y no parece estar en condiciones aceptables.

Abre los ojos y parpadea de seguido. Supongo que piensa que soy producto de su imaginación. Levanto las cejas para que diga algo. No quiero ser yo el que rompa este silencio incómodo. Baja la vista hasta mis boxers de color rojos y sonríe.

Nosotros Nunca [YA EN PREVENTA]Where stories live. Discover now