Nosotros Nunca [YA EN PREVENTA]

El monstruo de las pesadillas (7)

Natalia.

—El monstruo de las pesadillas dice que nunca nadie me va a querer —murmuro. El abuelo deja de recoger tomates cherry de la planta, suelta la cesta y camina hacia mí, que le espero sentada en un banco de piedra. Lava un tomate cherry y me lo ofrece, yo se lo acepto con una sonrisa y sin masticar pregunto—: ¿Tú me quieres?

El abuelo deja escapar una carcajada y ocupa un lugar a mi lado. Me pone una mano sobre mi diminuta pierna y suspira. No me mira, tiene los ojos clavados sobre la tierra del huerto. Mi pasatiempo preferido durante las vacaciones de verano es acudir al huerto con él, los dos solos.

—Tu padre es mi hijo, pero dice muchas tonterías. No escuches nada de lo que te diga. Yo creo que tiene envidia —murmura, con una pequeña sonrisa—. Eres inteligente, guapa, simpática, cantas y bailas de maravilla, el huerto no se te da nada mal... nadar... pareces un pez, has aprendido a montar en bici sin ruedas pequeñas y, además, das unos abrazos... ¡Qué ya quisiéramos los demás!

Mis carcajadas suenan sinceras cuando las provoca él.

—¡Pero si apenas tengo fuerza!

—¡Es como si te abrazara un dragón! —dice, divertido. Y me pide que le abrace—. ¿Ves? ¡Eres más fuerte que yo! —creo que me está dejando ganar, el abuelo tiene mucha más fuerza—. Tu padre tiene envidia porque él nunca se parecerá a ti.

—Yo tampoco quiero parecerme a él. Quiero parecerme a ti. ¡Tú no gritas! —exclamo, gritando—. Ni me pegas a mí, ni mamá, ni... a nadie. No hueles a tabaco, ni a alcohol...

—Ven aquí —me pega a él para abrazarme.

—¿Algún día el monstruo de las pesadillas dejará de ser así y... me querrá?

—Te quiera o no... Nunca permitas que alguien te haga sentir igual. No permitas que te quieran así, nunca.