Capítulo 24

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Aviso: La portada no me pertenece, ha sido realizada por la artista @fery_dds.

Aclaraciones: sexo explícito, lean bajo su propia responsabilidad.

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Un murmullo lejano llegó a sus oídos. Unos pasos recorrieron el pasillo donde se encontraba su habitación. Serah abrió los ojos de golpe y activó su poder. Sentía dos, no, tres personas y un mink delante del camarote de Law, justo al lado. Y por desgracia, conocía esas presencias demasiado bien.

Toc toc. Llamaron a la puerta del hombre.

Su corazón iba a mil. El capitán seguía dormido a su espalda, con el rostro tranquilo y ajeno a la taquicardia que estaba sufriendo la mujer. Se sentó al borde de la cama, apenas se veía algo por la escasa luz que entraba por el ojo de buey en lo alto del camarote, desconocía qué hora era, pero había dormido terriblemente bien.

Toc toc. Ahora estaban llamando a su puerta.

–¿Serah? –preguntó Shachi al otro lado de la puerta– ¿Sabes dónde está el capitán?

La chica dudó en abrir la boca pero cuando se dispuso a alzar la voz para contestar cualquier excusa, una mano tatuada tapó su boca. Asustada por la sorpresa, agarró los dedos de Law con su propia mano para zafarse pero él le había indicado que guardase silencio colocando un dedo sobre sus labios.

Toc toc. El chico llamaba insistentemente.

–¿Serah? –decía de nuevo.

El cirujano se había incorporado en la cama y atrajo a la chica más hacia él, lo suficientemente cerca para apoyar el mentón sobre su hombro. Ella seguía respirando agitadamente, aún no le había retirado la mano de la boca por temor a que hiciera algún ruido y tuviera que encarar de nuevo a sus subordinados.

–Seguramente esté durmiendo –sugirió Penguin afuera– Ya sabes lo tarde que se levanta.

El hombre bajó la mano libre a la cadera de ella, cubierta por la camiseta grande que usaba de pijama. Tuvo una genial idea, algo morbosa. Se mordió el labio tras esa ocurrencia. Deslizó la mano bajo su ropa y agarró el lateral de sus bragas.

–¿Law? –había susurrado ella contra su mano aprovechando que el menor la había apartado un poco.

–No hagas ruido –le pidió casi en un susurro, tan tentador que un pequeño escalofrío recorrió la espalda de ella.

Introdujo su mano bajo la tela de encaje y siguió tanteando con el tacto cada centímetro de su cadera hasta llegar al inicio del vello púbico, corto y suave. Se mordió el labio, sentía que estaba haciendo algo mal y eso le daba más ganas de seguir.

Serah se estremeció bajo sus brazos, pero no dijo nada, estaba estática. No quería detenerlo, pero a la vez sentía una vergüenza horrible por si a alguno se le ocurría entrar y comprobar si estaba realmente durmiendo, no sería la primera vez que invadían su camarote. Era una mezcla extraña de excitación y sentir que no era correcto seguir.

–¿Y el capitán? –ahora intervino Bepo– Había quedado con él para trazar un rumbo.

Cerró los ojos y levantó un poco las piernas apoyada ahora en el pecho del moreno, lo suficiente para dejar un hueco por el que más tarde se colaría el dedo corazón de Law entre sus violáceos pliegues mayores.

–Buena chica –la había felicitado con esa voz aterciopelada que tanto la encendía.

Serah tenía un problema entre manos, aunque esa vez más bien entre las piernas. Notaba todo el cúmulo de sangre bombeando en cierta zona, el corazón a mil y su cabeza intentando atar ideas sin éxito alguno.

All eyes on me [Law x OC]Where stories live. Discover now