1.- Chiconahuapan

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Nivel 1

Cuando morimos por alguna fuerza natural, lo único que nos queda es tener como resignación el Mictlán, siendo guiados por algún fiel Xoloitzcuintle que llevaríamos también como compañía del caótico camino que nos esperaba por enfrente, pero en este caso, Jungkook tenía a alguien más esperándole.

—¡Bam!— las lágrimas se intensificaron, notando a su amigo correr hacia él. —¿Bam en verdad eres tú?— el canino lamió la cara de su difunto dueño mostrándole el cariño que aún había por él. —¿Cómo es que me has encontrado?— lloró aferrándose a él, intentando creer en la realidad que algo de su vida aún estaba a su lado.

—Él te acompañará — hablo el hombre que se había intentado hacer ajeno al encuentro, para no interrumpir un momento único del chico.

—¿De qué habla?—

—Cuando llegamos al Mictlán tenemos la dicha de a veces encontrarnos con aquellos fieles amigos como lo son estos animales. Él ha venido por ti para ayudarte a cruzar este rió— a señalo al canino y la intensa agua frente a ellos.

Jungkook no quería irse aún, apostaría lo poco que le quedaba a que su querido y amado Taehyung le lloraba como él.

-Hey amigo- Kook se separo de Bam intentando mantener un poco de distancia -¿Cómo esta Tae? ¿Él sabe que estas aquí?- el canino bajo sus orejas y escondió su cola entre las patas recordando como era que había tenido que dejar al prometido de su dueño. 

Jungkook conocía perfectamente a Bam y sabia que Taehyung no se encontraba nada bien -No, no puedo seguir, Tae aún me espera- se levanto recto y volteo a mirar al viejo hombre, notando que él estaba más listo que nada. 

-No puedes hacerlo, estas muerto niño. Además, solo hay una forma para ver a aquellos que tanto amas y eso no esta a la vuelta de aquí-

-Entonces ¿dónde esta?-

-Tenemos que pasar todo el Mictlán y despojarnos de aquello que aún tenemos. El 1 y 2 de noviembre las puertas de todos los reinos se abren y nos dan la dicha de volver a ver a esas personas que tanto queremos- 

-Hoy es 1 de noviembre, entonces podemos volver. Vamos que esperamos- 

-Hey, hey, hey tranquilo, aún ni siquiera hemos pasado el Mictlán- aseñalo el rio haciendo dudar a Jungkook. 

-¿Esto es el Mictlán?-

-No, solo el primer nivel de nueve. Toma a tu amigo y sigamos, si es que quieres volver a ver a esa persona del que tanto hablas- 

Quería creer que no estaba en ese lugar más sin en cambio su realidad era tan clara como el agua cristalina, que no podía volver a hacer eso. Debía afrontar lo que ahora se volvía parte de él.

(...)

—Taehyung debes parar, necesitas levantarte de ahí— las manos de su amigo intentaron sostenerlo de los hombros, pero el contrario lo alejo rápidamente.

—No me toques Hoseok, lárgate de aquí y déjenme solo con Kook— se aferró a la pequeña gabineta dónde ahora se encontraban las cenizas de su mundo.

—Algunas personas quieren darte el pesame—

—Pesame yo es el que no puedo evitar sentir. Nadie de ellos esta en mi lugar para probar el dolor que tengo, así que ahora déjame en paz y eviten decir cualquier cosa— las lágrimas no se contuvieron de nuevo y se dejaron caer sobre sus mejillas dejando rastro de ellas por ese rostro lleno de emociones negativas.

Hoseok entendía que no podía hacer que su amigo dejase de pensar en eso, aún a él le dolía esa situación, así que no podía imaginar por lo que estaba pasando. El destino no era justo, si existía algún Dios, en verdad debía odiar a Taehyung.

Cuando nadie más quedó cercas de él, su mente comenzó a divagar en aquellas veces en las que ambos se fundían en besos y abrazos, palabras e imágenes que ahora no podía más que recordar y anhelar.

Ya no quería vivir más si Jungkook no estaba a su lado.

El Mictlán: La Muerte De Los Dioses || TAEKOOK Kde žijí příběhy. Začni objevovat