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Taehyung

Su mente se habia extendido a la duda entre la constante voz que comenzaba a sonar dentro de su cabeza.

Taehyung

Una vez más intento cobrar conciencia, buscando el emisor de aquel sonido que no dejaba de molestarle, cuando de repente, de un instante a otro, sus ojos se abrieron de sobre golpe encontrandose en un lugar lleno de oscuridad y velas.

La habitación en la que se encontraba era tan grande que no tenía un inicio ni fin, el suelo se partía en partes constantemente provocadas por movimientos como los de un terremoto y el techo era tan oscuro que no podía distinguir si había algo sobre él.

—Por fin has despertado— una mujer de compostura alta, tez morena, cabello largo y de color negro se acercó hasta él y se inclino intentando tomarle de la mano, pero Taehyung la rechazó en el instante, levantándose de allí.

—¿Quién eres tú?— su voz se escuchó tan fuerte que hizo eco, mientras se ganaba una mirada relajada de su contraria.

—Soy dueña de la vida y la muerte, de aquel que nace y muere para luego volver a vivir— un suspiro se hizo escuchar —Kim Taehyung, 30 años. Cirujano en el hospital general de Seúl, graduado con honoríficos—

—¿Co-como sabes eso?— Taehyung comenzó a cortar un poco más de distancia, buscando respuestas a su pregunta.

—Tengo muchos nombres, pero puedes llamarme Coatlicue— 

Gran duda hubo sobre él; sabia que no debía confiarse en la palabra de aquellos que le arrebataron a quien amaba tanto, pero no entendía en qué lugar estaba ni mucho menos lo que ahora era él.

— ¿He muerto?—

—Este en un lugar donde nadie se ha encontrado. No estas muerto, pero tampoco del todo vivo—

—No estoy comprendiendo nada—

—Lo que acabas de hacer no es de comprender, es de mirar y notar tu realidad. Ningún Dios quiso tenerte en su reino, por eso ahora tu alma vaga entre el hilo de la vida y la muerte. Haz intentando morir por aquel que amas, pero lamentablemente él no está aquí—

Por fin a su mente llego la razón por la que estaba ahí, comenzando con el desespero por mirarlo —¡¿Dónde está Jungkook?! ¡Quiero verlo!— la Diosa volvió a acercarse a él, pero esté fue más rápido e intento hacerle daño, pero su intento fue fallido debido a que desapareció para luego volver a aparecer a su detrás.

—¿Aún no has comprendido en dónde estás? Un simple humano como tú no puede siquiera tocar a uno de nosotros; la vida y la muerte me pertenecen si quisiera podría hacerte sufrir tan brutalmente que ni estando vivo o muerto te daría la salvación.— la mujer camino entre el pasillo que se formaba frente a ella, hasta llegar a un altar donde se sentó en un pequeño trono adornado de serpientes vivas. —No eres rival para ninguno de nosotros, tu cuerpo es el de un pequeño humano que acaba de nacer, tu criterio es ignorante como el de las bestias, tu carácter tan débil y tus emociones te dominan, entonces ¿Qué puedes ofrecer para no hundirte?— Taehyung quería defenderse, pero lamentablemente aquellas palabras eran tan ciertas que ahora no entendía como era que salvaría a Jungkook.

—Si dices que soy todo eso, ¿por qué no solo me haces desaparecer? si según tú mi existencia es tan nula y poco favorable ¿por qué me mantienes en este hilo frente a ti?— la Diosa le sonrió.

—Porque eres miserable—

El Mictlán: La Muerte De Los Dioses || TAEKOOK Where stories live. Discover now