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—Ahí está.—Susurró la ojimarron viendo el tumor como algo esplendoroso.

—Es un tumor benigno ¿Cómo pudo crecer tanto?

—Lleva quince años aquí dentro.

Brisa la vio con asombro pero aún así continuó prestando atención a cada paso de la cirugía sin querer perderse nada del procedimiento.

—Necesito un poco más de espacio.—Murmuró la neurocirujana luciendo realmente concentrada en aquel cerebro expuesto frente a sus ojos.

—Quizás pueda rodearlo desde otra perspectiva.—Sugirió la castaña.

—Su tamaño es demasiado grande. No puedo hacerlo sin dañar algún nervio que comprometa permanentemente la pérdida de la visión.

La mente de Angie estaba trabajando con rapidez para intentar encontrar una solución, así como la de la residente junto a ella lo hacía.

—Es impredecible ¿No?.—Dijo la castaña.—Quizás
debamos imitarlo.

—¿Qué sugieres doctora Domínguez?

Brisa tragó con fuerza viendo fijamente los ojos de la titular a través de las gafas con aumento que ambas traían puestas.

—Digo que actuemos a ciegas.—Angie la vio como si se hubiese vuelto loca.

—¿Quieres arriesgar al paciente?

—¿Hay otra alternativa?.—Ambas sabían perfectamente bien la respuesta a aquella pregunta y se mantuvieron en silencio.

La neurocirujana pareció pensarlo muy bien antes de dar un paso atrás y dejar el bisturí en manos de la asistente. Todos dentro de aquel quirófano compartieron rápidas miradas sin entender la actitud de la titular.

—Bien. Lo harás tú.—Brisa abrió la boca para protestar pero la cerró de inmediato antes de decir una sola palabra.—Tomé mi lugar doctora Domínguez.

—¿Está segura?.—La morena tragó con fuerza.

—Adelante.—Dijo Angie.

Los nervios que habían estado ausentes por más de dos horas aparecieron de inmediato y la morena sintió sus manos temblar ligeramente.

Pero entonces recordó donde se encontraba en ese preciso momento, tomó una respiración profunda y intentó relajarse.

—Bisturí diez. Necesitaré tijeras y pinzas.—Dijo con voz segura recibiendo lo que había pedido.—Succión por favor.—Angie se encargó de aquello viendo sorprendida como la castaña estaba llevando la situación.—Cauterizador.

—Confió en ti Brisa. Lo estás haciendo bien.—
Susurró esta vez sólo para ellas la pelinegro dejando de lado las formalidades.

—Gracias.—Respondió la residente mientras trabajaba.—Aquí voy.—Soltando un último suspiro se dispuso a aventurarse con aquel tumor.

Los minutos pasaban mientras la castaña trabajaba arduamente rogando mentalmente por no equivocarse, tenía mucho dependiendo de sus manos y movimientos en aquel momento y no pretendía perderlo. Angie la veía expectante teniendo la certeza de que la chica junto a ella lograría su cometido con éxito ya que sabía perfectamente lo que hacía.

—El tumor está fuera.—En cuanto esas palabras salieron de la boca de la castaña un montón de aplausos llenó la habitación.

—Excelente trabajo doctora Domínguez.—Halagó la titular.—¿Listos para cerrar?

—Me gustaría encargarme de ello si me lo permite.

—Claro.

Cuando todo estuvo finalizado y en perfecto estado, ambas cirujanas abandonaron el quirófano con una sonrisa de triunfo en sus rostros. Brisa se quito la cofia azul y soltó su cabello dejándolo caer por sus hombros.

Doctors Surgeons| Brangie G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora