Cálido Como Tú Corazón [PAUSA HASTA JUNIO]

CAPÍTULO 30

Los fines de semana eran los días en los que toda la familia se encontraba reunida después de una larga semana de trabajo y escuela, Max y Mix se encontraban en la alberca haciendo una guerra de agua, Mateo se encontraba junto a mi padre preparando la parrilla para hacer una carne asada, mi madre en la cocina junto con Nana preparaba agua y cualquier botana que se les ocurriera, yo en la palapa ponía la mesa lista y abría las papas poniéndolas en recipientes para que todos pudieran agarrar.

Termine de poner los platos que antes de que pudiera iniciar con otra tarea uno de los guardaespaldas de la casa se me acerca.

-Señorita Camila –dejo la envoltura vacía de unas papas en la mesa- en la entrada la buscan.

- ¿A mí? –fruncí el ceño, no esperaba a nadie, había invitado a Alex y a sus padres, pero no podían venir ya que los habían contratado para una fiesta y tenían que hacer un gran pastel y galletas glaseadas, Saya tenia trabajo asique no esperaba a mide en particular- ¿te dijo su nombre?

-No, pero insiste en que quiere verla, intentamos echarlo, pero es muy testadura.

Tomo la Tablet que se encontraba en unas de las sillas para tomar sol, abro una aplicación y la pantalla se llena de pequeños cuadros de muchas cámaras, busco la de la reja que cuando doy con ella doy doble clic y lo veo, vestía unos jeans, una playera gis con una chaqueta de cuero negro, su cabello se encontraba desordenado.

-Digan le que no me encuentro en casa.

-Ya lo hemos hecho como nos había ordenado si alguien no conocido preguntaba por usted, pero... es insistente y comento que sus hermanos menores le dijo que si se encontraba en casa.

Maldigo por lo bajo y miro a los gemelos en la alberca, me las pagaran, tomo un vestido de encaje y me lo pongo para cubrirme un poco el cuerpo, camino fuera la casa hasta la reja con el detrás siguiéndome, en el camino respire hondo varias veces y metí en una caja blindado todo lo que estaba sintiendo conforme más me acercaba a esa reja negra.

Dos que resguardaban la entra al verme abren la puerta dejándome salir, miré de un lado para otro buscando hasta que lo vi del otro lado de la calle recargado en un faro de luz, al verme rápido cruza la calle, me mira de abajo hacia arriba una y otras haciéndome sentir desnuda, mi traje de dos pares verde olivo se podía ver a través de mi vestido haciendo me sentir desnuda y nerviosa ante él, con disimulo intento cubrirme el cuerpo con mis brazos, pero era inútil.

Me aclaro la garganta haciendo que me mire a la cara.

- ¿Qué es lo que haces aquí? –tanto el como yo nos sorprendimos por mi tono frio y cortante no fue mi intención, pero al final paso.

-Quiero saber cómo te encuentras –dice dando un paso más hacia mi haciendo que me ponga nerviosa y mis manos me tiemblan- no fuiste a la escuela estos dos días que... me preocupe por ti, pensé que te había pasado algo.

Me le quedo viendo por un gran rato, su cabello se encontraba desordenado, en su barbilla le estaba creciendo barba, bajo sus ojos se encontraban manchas negras señal de que no ha podido dormir bien estos días.

-Estoy bien como lo puede ver –camino hacia la reja recargándome en él, él se acerca a mí con una mirada intensa haciendo que me tiemble mas todo- como ya sabes que estoy bien, puedes irte.

Paso a su lado dispuesta a irme a casa que toma mi brazo me da la vuelta tan rápido haciendo que me agarre de sus hombros por el temor de caerme, el olor a vainilla llega a mi nariz haciendo que lo mire, sus manos se encontraban rodeándome de la cintura, su rostro se encontraba muy cerca del mío que un movimiento en falso su nariz rosaría la mía y sus labios estarían a nada de tocar los mío, sus mirada era más intensa de lo que antes estaba podía notar como miraba mi rostro con mucha atención como no queriendo perderse ningún detalle, trago grueso cuando él se mueve un poco pegándome más a él, aferrando su agarre más a mi cintura que noto ha bajado un poco haciendo que el calor se acumule en mis mejillas.