Yūji no entendía qué tenía de emocionante encontrar a tu pareja destinada, el simple hecho de encontrarla significa amarrarse a una persona que tal vez no llegues a conocer de manera sincera solo por él simple hecho de ser destinados. Yūji no quiere...
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El tiempo que estuvieron en el karaoke Yūji lo disfruto al máximo, pues canto demasiadas canciones aun sin saberlo la mayoría de ellas, únicamente siguiendo las letras de las canciones y tratando de seguir el ritmo a cada una de las canciones que Megumi y Nobara ponían en aleatorio para ver si el pelirosa era capaz de cantar cada una de ellas, sin embargo, Yūji sí que amaba la música y por ello en algunas ocasiones se desconoce mientras cantaba.
Al mismo tiempo las risas no se hacían esperar dentro de aquel cuarto que los tres amigos estaban ocupando, algunas bebidas se podían encontrar en la pequeña mesa de centro que tenía, también algunos snack como bocadillos y una que otra hamburguesa que Yūji pidió porque según él se iba a morir de hambre, hamburguesa que solamente tenía una mordida porque apenas habían ingresado a aquel cuarto Yūji había decidido buscar una primera canción para poder cantarla.
Estuvieron por un par de horas más en ese lugar hasta que el celular de Yūji comenzó a sonar indicando que alguien lo estaba llamando.
—Toma — dijo Megumi mientras le pasaba su celular, Yūji al ver el nombre de la persona que lo estaba llamando se puso pálido a más no poder y no tanto porque fuese Sukuna quien le estuviera llamando como desquiciado porque podía ver una inmensa cantidad de mensajes, sino porque al ver la hora ya eran casi las once de la noche, seguramente su padre estaría preocupado por no avisar en donde estaba.
Con algo de miedo presiono deslizo su dedo por el icono de color verde para poder atender la llamada, antes de siquiera mencionar una palabra dio un suspiro profundo — Si — fue la única palabra que salió de sus labios ante el miedo que comenzaba a recorrer por todo su cuerpo.
—Oye estúpido mocoso — fueron las primeras palabras que Sukuna había dicho apenas había escuchado a su hermano.
—Si — respondió nuevamente Yūji, este sentía que su corazón latía de manera rápida, pareciera que todo el vocabulario de Yūji fue sacado de su mente porque únicamente respondía con un simple "Si" a cada cosa que su hermano le pudiera decir en ese momento, no tenía otra palabra en mente que no fuera esa.
—¿No sabes decir otra palabra que no sea un maldito "Si"? — pregunto Sukuna ya arto de esa palabra que su hermano estaba diciendo, las ganas de seguir regañándolo e insultar se le fueron apenas escuchó tres "Si" como respuesta, Yūji pudo escuchar como Sukuna suspiraba de manera profunda antes de poder mencionar palabra alguna — Yūji — habló alto y ya un poco más calmado con la situación que se estaba presentando.
Yūji iba a responder nuevamente con un monosílabo pero antes de hacerlo pensó un poco más antes de decir algo, porque en el peor de los casos podía hacer enojar nuevamente a Sukuna y este ya se encontraba más calmado, además quería evitar una avalancha de insultos a su persona.
—Dime — respondió lo más calmado que podía, tenía que sentirse calmado para no comenzar a balbucear palabras incoherentes nuevamente.
—¿Se puede saber donde mierda andas? — ahí en ese preciso momento es en donde Yūji cayó en cuenta que no le había dicho dónde estaría, bueno, técnicamente sí lo había dicho, le mandó un mensaje diciendo que estaría en la cafetería pero siempre ya no fueron a ese lugar.
