Limite

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Espero que les guste~

Idea de: LaSpiderPoetta

MK no quiere decirlo pero tampoco puede negar que su ansiedad a empeorado drásticamente en las últimas semanas.

Sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo. Lo sucedido con LBD aun estaba muy fresco y luego estuvo todo el desastre con ese tonto rollo de la memoria, sumándole su pelea con Azure y terminando con el peor descubrimiento del mundo. No es humano, no es demonio, es un presagio del caos que de alguna manera fue creado y termino en la ciudad, sin memoria. No puede verse al espejo sin sentir que la apariencia que ve no es completamente suya, que es una ilusión creada por quien sea que haya decidido bloquear sus poderes y su rostro real.

No tuvo un buen año, ni siquiera cerca, y aun falta para que termine, aunque tiene la sensación de que las cosas solo pueden empeorar.

Hay una picazón intensa que parece venir desde abajo de su piel, una que nunca se calma sin importar cuanto frote o rasque, sintiéndose más intensa con cada día que pasa y que se convierte en un ardor insoportable cuando algo en particular sucede. Sus brazos tienen rasguños que sólo duran unas pocas horas, desapareciendo gracias a sus poderes, pero volviendo a aparecer cuando se rasca con desesperación.

Su corazón late tan rápido que es incómodo, se siente paranoico, sobresaltándose con cualquier mínimo sonido y sintiendo unas inmensas ganas de llorar cuando le alzan demasiado la voz. Se siente inestable, como si estuviera caminando por una cuerda floja, y se siente tambaleante, como si pudiera caerse en cualquier segundo.

El estrés tampoco ayuda. Las entregas se acumulan hasta el punto de ser abrumador y los gritos de su jefe solo hacen que quiera acurrucarse, cada movimiento mal hecho en su entrenamiento lo llena de tanta frustración que solo quiere desaparecer y las palabras de aliento de su maestro solo lo hacen cada vez más inútil.

Todo aquello provoca su repentino insomnio y la falta de sueño empeora todas las sensaciones. Su mente está cansada pero con demasiados pensamientos rápidos corriendo por su cabeza, haciendo que sea difícil concentrarse en algo en particular.

Debería buscar ayuda, una parte de él lo sabe, pero no tiene idea a donde ir o con quien.

No quiere ir con Pigsy, porque él le sigue levantando la voz cuando no logra explicar como se siente. No quiere ir con Tang, porque su preocupación provoca que sus nuevos poderes se descontrolen un poco y eso le causa escalofríos. No quiere ir con Mei, porque es demasiado entusiasta con sus buenas intenciones que lo hace sentir aturdido. No quiere ir con Wukong, porque su costumbre de sonreír al no saber que más decirle lo hace sentir más desesperado. No quiere ir con Red Son, porque es su amigo más reciente y aun le grita cuando su temperamento estalla.

Va con Sandy porque es el más amable y sabe que lo escuchara, sin juzgarlo, sin molestarlo o mirarlo con pena, simplemente lo escuchara y esta seguro que le ofrecerá un hombro para llorar pero cuando intenta hablar, nada sale. Hay un nudo tan grande y firme en su garganta que bloquea su voz de alguna manera. Solo puede llorar entre los brazos de su amigo, queriendo golpearse a si mismo hasta que su voz saliera y dejar salir todo lo que viene a su mente pero no lo hace, porque los brazos fuertes que lo rodean con mucho cuidado le traen algo de consuelo.

Su ansiedad y estrés se convierte en horror cuando, no mucho tiempo después, nota las grietas doradas y brillantes que empiezan a aparecer en su piel. No duelen exactamente, aunque si empeora la picazón anterior, pero mientras más se lasca, más se expanden y sabe que eso no es una buena señal.

Tiene otra opción, un amigo más en su grupo. No sabe si Macaque esta dispuesto a ayudarlo, su amistad aun es nueva, pero espera y desea que lo haga porque siente que se está quebrando, amenazando con romperse, y teme no poder recuperarse.

Esta lo suficientemente desesperado como para intentarlo.

-¿Kid?- se ve sorprendido de verlo y sintiente una punzada de culpa por no haberle avisado antes de simplemente presentarse en su teatro pero tuvo que huir de sus amigos básicamente para poder salir de su casa y sinceramente, esta un poco apurado.

-N-Necesito ayuda- admitirlo en voz alta lo hace estremecer, su voz temblando como todo su cuerpo, aparentando los labios y sin poder siquiera detener las lágrimas que empiezan a salir de sus ojos. -Algo esta mal, algo está...muy mal- el mono lo miro, confundido, pero el menor puede ver el momento de realización cuando baja la vista y ve sus manos cubiertas de grietas. La puerta se abre aun más y el mayor se hace un lado, a lo que aprovecha para adentrarse, dejando escapar un suspiro de alivio al estar lejos de las miradas ajenas. Se saca la campera, su piel sensible y adolorida, solo para rascarse ligeramente la parte interna de una de sus muñecas.

-¿Cuando empezó?- mira sus brazos con preocupación, analizándolo, y aunque el chico se siente incomodo, lo permite, esperando que eso pudiera ayudar.

-Las vi esta mañana- confiesa y teme, porque las grietas habían avanzado a un ritmo alarmante desde que las vio, cubriendo la mayor parte de su cuerpo bajo su ropa. Todo pica y al mismo tiempo, se siente entumecido, con un dolor sordo que ignora lo mejor que puede. -Es malo, ¿no es así?- lo mira y a pesar de que Macaque mantiene una expresión tranquila, puede notar su tensión, especialmente en la forma en la que mueve su cola. Es rápido, una señal de ansiedad apenas escondida.

-No lo sé, nunca había visto algo así- es sincero al menor y el corazón del chico se estremece ante su preocupación. Debe verse terrible para que el domador de sombras lo mire de esa manera, triste y con algo desesperado brillando en sus ojos.

-No me he sentido muy bien últimamente...- al fin puede confesárselo a alguien y se siente como si un peso se fuera de sus hombros. -...no sé que hacer con lo que aprendí en ese pergamino...- puede ver como la expresión ajena se ablanda mientras asiente, haciendo un gesto para que continúe. Se mantiene cerca, sin tocarlo, como una especie de compañía y apoyo que el chico agradece. -...y nada de lo demás ayuda- hay lagrimas corriendo por sus mejillas y no puede detenerlas. -El trabajo es horrible. Los pedidos se acumulan, hay clientes groseros y Pigsy no puede dejar de gritarme- se siente mal decirlo. Adora al demonio y agradece el trabajo que le dio. -No puedo soportar la voz de Tang, los toques de Mei, ni los gritos de Red Son- se siente como un mal amigo. -Nada en los entrenamientos me sale bien- hay un ligero toque en su espalda y alza la vista para mirarlo, el mono devolviéndole la mirada llena de tristeza y sin pena para su alivio. -Ni siquiera puedo dormir- sus labios tiemblan. -Me estoy rompiendo...- sollozo, sin necesitar verse al espejo para saber que las grietas suben por su cuello y cubren rapidamente sus mejillas. -...y no sé como arreglarlo- y ahora esta llorando abiertamente, su cuerpo cubierto por completo ahora. Todo se siente mal y lo detesta, le gustaría tener algo de paz, dormir profundamente y sin preocupaciones.

Quiere que la ansiedad, el estrés y el insomnio lo dejen en paz, quiere dejar de sentirse triste y paranoico, quiere dejar de sentir que todo a su alrededor esta mal.

Quiere sentirse protegido y a salvo.

-Oye, oye- puede escuchar la voz ajena entre su pánico y lucha por concentrarse, logrando visualizar el rostro ajeno en medio de las lagrimas. Hay algo suave y amable en la expresión del mono, manos extendiéndose en su dirección, dejando a su elección si acercarse o no. -Todo estará bien- suena tan seguro que quiere creerle, le gustaría, pero se esta quebrando y no hay forma de negarlo.

-¡Nada esta bien!- negó, acurrucándose, enterrando sus dedos entre su cabello y tirando en un intento de que el dolor lo mantenga unido, cerrando los ojos con fuerza, ignorando como estaba temblando. -¡NADA ESTA BIEN!- el brillo que sale de las grietas solo se hace más intenso hasta el punto en el que el mono debe cerrar los ojos para no quedar ciego y simplemente...se rompe.

Con una explosión, MK se siente flotando en la oscuridad, rodeado de silencio y vacío. No sabe donde esta pero muy lentamente, siente que algo tira de su conciencia, siendo capaz de abrir los ojos en algún momento y ver el rostro lleno de asombro de su amigo.

Estira los brazos en su dirección, añorando un abrazo, sin darse cuenta siquiera de su nueva situación.

~Monkie Kid~ 6️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora