Limite #4

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Espero que les guste~

Bañarlo no resulta tan difícil como había esperado, especialmente cuando lo pone en la bañera. MK parece feliz de estar allí, pasando sus manos por las burbujas que se forman en el agua que lo rodea, cerrando los ojos con place mientras se apoyaba en las manos de Macaque cuando este frota su espalda y cabeza. Sin llanto, ni problemas, solo un notorio y dulce disfrute.

Lo deja un rato, viéndolo salpicar y tararear para si mismo, pensativo. El sucesor se había visto realmente mal cuando había llegado, con tanto estrés y ansiedad que provoco una fea reacción de parte de sus poderes, y recordando lo que había dicho en medio de su llanto, todo tiene sentido.

No hay forma de negar que nada había sido fácil desde que MK tomo el bastón. Tener que enfrentar villanos que solo te veían como un medio para un fin y lidiar con las consecuencias de acciones que nunca fueron suyas no debía ser nada fácil. Tuvo que lidiar con DBK y su loca familia, con los gemelos locos y demasiados enérgicos, con Spider Queen y su gente, con LBD y su raro seguidor, con Azure y sus egocéntricas ideas, con ese extraño ser de tinta dentro de aquel tonto pergamino. Incluso tuvo que enfrentarlo a él. Todo seguido y sin ningún tipo de descanso. Incluso había tenido que lidiar con revelaciones que obviamente no estaba preparado para saber.

Viéndolo ahora y pensándolo un poco mejor, cree firmemente que el menor no había encontrado la forma de afrontar todo aquello y se siente mal por no haberse dado cuenta pero en su defensa, él seguía sonriendo, manteniendo la frente en alto por pura fuerza de voluntad y siguiendo como si su mundo entero no se hubiera derrumbado hace poco. Es admirable, aunque preocupante también.

-Eres increíble, Kid- estira su mano hacia el chico y acaricia suavemente su cabeza, alisando apenas su pelaje, con él apoyándose en el toque mientras soltaba un balbuceo sin sentido. Decide que no importa como sucedió, simplemente va a cuidarlo, incluso si debe cambiar pañales por semanas porque cree que el pequeño se merece un descanso y si ser un bebé lo ayuda, esta dispuesto a seguirle el juego.

Lo saca al poco tiempo, dándose cuenta de que el agua se había enfriado un poco.

Se robo un conjunto de cosas que cree que podría necesitar, ya pudiendo imaginar la mala cara que se podría ganar en cuanto el pequeño vuelva a la normalidad si se llegaba a enterar, así que va a evitar tocar ese tema en particular. Le pone un pañal, solo por seguridad, y logra vestirlo con un mameluco, de esos que tiene los botones en la parte inferior donde no puede alcanzarlo y con un agujero para que su cola pasara, pero cuando intenta ponerle un pantalón, ahí se encuentra con cierta resistencia.

-Oye, quédate quieto- el mono no esta del todo frustrado, sino más bien divertido, especialmente al verlo removerse y agitarse en un intento notable de alejarse de la inocente prenda que sostiene. No es nada especial, un simple pantalón, pero el pequeño lo mira como si fuera algo malo. -Es solo tela- enarco una ceja y recibe como respuesta un extraño sonido que parece venir de los profundo de su garganta, como un quejido, frunciendo el ceño y luciendo casi ofendido de alguna manera, mirándolo fijamente. -¿Quieres estar sin pantalones?- otro sonido, esta vez más fuerte e insistente, acompañado de un ligero puchero. Entiende la indirecta. -Bien, tu ganas- levanto las manos en señal de rendición y tiro por encima de su hombro el pantalón, con manos saliendo de sus sombras para sujetarlo y doblarlo rapidamente antes de ponerlo con todo lo demás. Ese parece ser el movimiento correcto porque se gana una gran sonrisa, seguido de un ronroneo sonoro en señal de satisfacción pura. -Eres un bebé quisquilloso- arrulla mientras lo acuna, cediendo al impulso y dejando un suave beso en su frente, escuchándolo reír.

Lo ve bosteza ampliamente, con sus ojos amenazando con cerrarse en cualquier momento y tiene sentido. Tiene la panza llena y el corazón contento, incluso esta limpio y bien vestido, cómodo y listo para dormir en su opinión.

Así que lo acomoda entre sus brazos de tal manera que pueda apoyarse en su hombro, caminando a un rimo lento y tranquilo por la sala de hogar, dándole suaves palmadas en la espalda mientras tararea una tonada que esta seguro viene de alguna canción de cuna que alguna vez escucho.

Aunque no logra lo que quiere.

Lo acuna entre sus brazos nuevamente al sentirlo removerse, encontrándose con un ceño apenas fruncido y ojos cansados que lo miran fijamente, junto a un puchero que ablando por completo su corazón.

-Tienes sueño- comento lo obvio ante el nuevo bostezo, resistiendo las ganas de copiarlo. Eran contagiosos. -Deberías dormir- agarra el mordillo, enjuagado hace poco, y se lo acerca al rostro al escucharlo quejarse, pequeñas manos agarrando el juguete mientras se lo lleva a la boca, luciendo algo ansioso. -¿Qué me falta?- intentan pensar en algo. Nunca a tenido bebés, los pequeños monos no cuentan porque son totalmente diferentes, pero un sonido llama su atención. Baja la vista, enarcando una ceja al notar que el chico parece estar chupando su juguete, su cola agitándose mientras se retuerce ligeramente, haciendo sonidos como de queja. Parece querer algo y Macaque tarda unos vergonzosos segundos en entenderlo.

-¿En serio?- bufo, divertido, y a pesar de sus palabras, uno de sus clones ya se estaba moviendo en su cocina, preparando una mamadera que robo más que nada por seguridad. En poco tiempo, tiene una mamadera llena de leche tibia y se dispone a intentar, esperando que aquello pudiera funcionar. -Aquí tienes, niño mimado- lo dice con todo el afecto del mundo, extrañamente encantado con el estado actual del niño. Lo acuna con un brazo y sostiene la mamadera con la otra, acercando la tetina a la boca ajena, empujando suavemente contra sus labios, atento a cualquier signo de angustia o incomodidad. El pequeño se remueve apenas y obedece la orden indirecta, luciendo confundido ante lo que entra en su boca y succiona con curiosidad, casi de manera tentativa, sus ojos abriéndose con asombro infantil ante la leche tibia que inunda su boca rapidamente. Parece entenderlo a partir de allí, consumiendo con apuro y felicidad, su ronroneo aumentando en volumen con cada segundo que pasa.

En cuanto termina, no tarda mucho en dormirse.

~Monkie Kid~ 6️⃣Where stories live. Discover now