Capítulo XXXI

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Sigue el punto de vista de la Rayis:

Caminamos mientras disfrutábamos nuestro helado, una mirada penetrante en mi cuello me distraía. Intento ignorarla, pero no tenía corazón para hacerlo…

T/n: ¿Quieres, mi amorcito? No me entra más… -quedaba una de las bochas de mi helado y el cono de barquillo-

Kara: ¿Segura? –dice tierna y sonrió-

T/n: Si, comí mucha sandía en casa de Kelly… -reímos-

Kara: Gracias… -otra sonrisa vuelve a inundarla causando la mía-

Al ver a Alex sonreía negando, doy un pequeño golpe con nuestros hombros y mancha mi nariz con su helado. Puchereo y veo a Kara quien ríe y besa mi nariz, Alex solo hace cara de asco y reímos.

Nos dirigimos a la florería de la zona tal ven con esperanzas de ver a Clarisse. Para nuestra mala suerte, no se encontraba, pero otro chico simpático nos atendió y ayudo a Kara a comprar algunas flores. Sonrío al ver el ramo de margaritas de mi novia y no puedo evitar que mis ojos se cristalicen llamando su atención.

 Sonrío al ver el ramo de margaritas de mi novia y no puedo evitar que mis ojos se cristalicen llamando su atención

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(Fotos referenciales)

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(Fotos referenciales)

T/n: -rio- No quiero que pienses que mi familia son los locos de las flores… -reímos- Mi abuela las plantaba siempre, solía tener dos variedades que la caracterizaban. –me mira atenta- Una era las clásicas margaritas, pero con una hilera pétalos amarillos finos, como las que tienes. –las reviso mejor- Son las mismas… -sonrió y la beso-

Kara: ¿Cómo eran las otras?

Kara: ¿Cómo eran las otras?

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El Mayarah - Supergirl y tú - T4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora