#2 - ¿Te quieres cazar conmigo?

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Miro por la ventanilla del bus sintiendo el aire golpear mi rostro. El sol está fuerte brilla con intensidad y mis amigos están conmigo, a mi lado cómo siempre, en las buenas y en las malas. En estos momentos están dormidos. Lo sé, él viaje a la Ciudad de Londres dónde se encuentra la empresa y se realizará la novela es muy lejos.

Un bache hace despertar a ésos locos de un salto. Grabiela se quita el antifaz de los ojos preguntando de que si habíamos llegado. Yo les dije que no hacía falta que me acompañaran, pero ellos insistieron en no dejarme sola. Además están emocionados por conocer la ciudad.

— ¿Ya llegamos?.— pregunto al ver que el bus se detuvo.

— Si, no lo puedo creer. ¡Estamos en Londres¡.— Brayan se levanta de su asiento y es el primero en bajar del transporte.

— Estoy soñando es éso. ¡POR DIOS!.— Gaby grita de emoción acompañada del otro.— Ésta ciudad es enorme..

Tenían razón, Londres era hermoso, las casas, árboles, edificios, esculturas, hasta el ambiente era distinto. Éste lugar ya me encantaba, me trajo buenas vibras desde que bajé del bus.

— Ahora sólo tenemos que encontrar un lugar y.....

— No bebé, relax. Ahora hay que irnos de parranda, no lo sé.... ¿conocer el mundo?.— Brayan corta mis palabras y se acomoda la pequeña Pamela que trae puesta.— GRABIELA.....

— Si, estoy de acuerdo con Brayan.— la muy maldita le da la razón a ése loco y sin más remedio tuve que aceptar. Ya que cuando ésos dos se unen no hay fuerza que los separe.

***

No sé cuánto tiempo a pasado. No doy más. Si tuviera la elección de cortarme los pies lo haría. E caminado media manzana con las maletas en las manos. Pero a mis amigos que más les da, se les ilumina el alma cada vez que pasan por un centro comercial.

— ¡¿Dios por qué me hiciste pobre?!.— Brayan se queja con las manos pegadas al cristal de una tienda admirando una camiseta con estampado de leopardo.

Yo me detengo justo a su lado y le palmeo el hombro con tal de consolarlo.

— Oye Stella.....— miro a Grabiela la cuál tiene cara de total sorpresa.

— ¿Qué pasa?..

— Mira ése vestido..

Dirijo mi mirada atraves del cristal y trato de localizar el vestido. Y ahí estaba. Un hermoso vestido color rojo vino sin tirantes y abierto a los lados. Es un sueño para cualquier chica, es perfecto...

Abrí los ojos de más.

— Brayan ahora sí que te comprendo...— pego mi frente con frustración al cristal.— ¿Por qué tuvimos que ser pobres?..

— ¿Si, por qué?..— Grabiela se nos une y yo fruncio el seño.

— Grabiela tú no eres pobre, a diferencia de nosotros tu eres millonaria.— aclaro.

— Yo no soy rica, mis padres lo son, ya dejé ésa vida atrás y decidí valerme por mi misma y estar junto a ustedes.— sus palabras me llegan al corazón y le doy un abrazo fuerte. La quiero mucho.

— Bueno no me malinterpreten pero si yo fuera el rico aquí no dejaría mi vida millonaria por nada del mundo.—suspira.— Y las quiero chicas, no se imaginan cuánto, porque ustedes son mi familia, mi mundo, mi sistema solar, osea son mi oxígeno y mi hidróxido de carbono. Pero money es money.

— Dios.—me limpio una lágrima imaginaria del rostro. — Qué manera de decir que nos quieres Brayan.

— Al menos lo intento, sabes que me gusta hacerme el difícil.— todos reímos y nos abrazamos cómo una pelota.— Las quiero chicas, somos cómo las tres mosqueteras, siempre unidas.

Luces Cámara Y ACCIÓNWhere stories live. Discover now