【 décimo cuarto 】

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La señora Kim y su hija Minji se encontraban sentadas frente a un Beomgyu cargado de miedo y a una Eunchae despreocupada.

Cómo le gustaría ser ella en esos momentos y entregar sus preocupaciones a alguien más. Pero es el adulto y es su responsabilidad responder por los dos aún si eso le cuesta. Además, no sabe cómo hacerlo. Quiere que la señora Kim le lance preguntas porque dar inicio a una conversación no es su fuerte.

—No me dijiste que venías hoy —susurró Eunchae a Minji quien aún no salía del asombro.

—Mamá me obligó a ayudarla a escoger el regalo de la abuela, igual me debes una explicación.

Los adultos aún no decían nada y eso estaba exasperando un poco a las adolescentes. Una necesitaba recolectar toda la información posible y la otra necesitaba sacar a su ayudador del lío en que se habían metido.

—Bonitos pendientes, señora Kim —halagó Eunchae buscando romper el hielo.

—Muchas gracias cielo, son un regalo de mi esposo —respondió educadamente y con la altura que la caracteriza—. Es una sorpresa encontrarte aquí hoy y también al profesor Choi —pasó su mirada de uno a otro como buscando más información que solo la verbal.

—Vinimos de compras —dijo Beomgyu, pero a su parecer seguía sonando insuficiente—, eso la distrae un poco de todo.

Eunchae y él rieron nerviosamente al notar que la señora Kim aún parecía perdida, pero no dispuesta a abandonar hasta tener razones. Y la menor lo entendía. Ella y Minji habían sido mejores amigas de hacía años y la señora Kim había cuidado de ella como a su propia hija siempre. Incluso fue una opción que le dio a su padre, pero este confiaba ni en su propia sombra. Aunque quizá sí en el profesor Choi.

—Es una costumbre —agregó Kang intentado equilibrar las cosas, pero sólo se ganó una mirada de confusión de su amiga—. Papá dice que eso nos hará sentirnos más cercanos.

"Dios, es una buena mentirosa", pensó Beomgyu mientras buscaba las palabras para seguirle el hilo a Eunchae.

—Y les funciona —agregó Minji haciéndose partícipe de una mentira que ella había descubierto, pero no conocía del todo. Al menos protegía a su mejor amiga mintiéndole a su madre. Aunque eso no sonaba como el mejor de los planes.

—El señor Kang y yo... —Beomgyu sintió como alguien lo pateaba por debajo de la mesa y al mirar a Eunchae la vio articular disimuladamente el nombre de su padre—. Taehyun y yo nos comprometimos hace un tiempo.

La señora Kim miró con sorpresa la mano con el anillo que ahora Eunchae sostenía. Un verdadero anillo de compromiso adornaba el dedo anular del profesor Choi. Esa sonrisa tímida del maestro también daba indicios de algo emocionante.

—¡No lo sabía! —exclamó feliz la mujer— ¡Felicidades!

—Se lo había querido contar hace mucho, pero papá quiere mantenerlo en privado por ahora para no afectar el trabajo del profesor Choi —dijo, apenada, Eunchae mientras colocaba sus puños debajo de su mentón y dejaba sus labios abultados en un puchero.

—Lo entiendo, no todos los padres estarían cómodos con la idea de que una estudiante será próximamente su hijastra.

—Y además queremos una ceremonia pequeña y familiar así que... —agregó Beomgyu creyéndose su propia mentira.

Aunque no es del todo una. Si se llega a casar solo quiere ahí a las personas que realmente ama y estas son cuatro, como mucho. Incluso teme que su futuro esposo sea el alma de la fiesta y quiera invitar a medio Seúl. Pero esa no es la situación. Debe sostener su mentira.

Cute Inside | TaegyuWhere stories live. Discover now