【 décimo quinto 】

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Beomgyu se estaba mordiendo las uñas de la desesperación. Hacía mucho tiempo que venció el hábito, pero volvió ante la ansiedad que le provocaba el hecho de que el señor Kang no respondiera.

—Tengo que salir de aquí —susurró para sí mismo tomando nuevamente su chaqueta.

Le avisó a Eunchae que estaría afuera y rápidamente se dirigió a los bancos que se encuentran frente a su edificio. Tal como presintió, una llamada entrante hizo aparición en su teléfono justo al tomar asiento. Así que respiro profundo y contestó.

—Buenas noches, señor Kang —se inclinó nervioso como si el hombre estuviera frente a él.

No, eso sería más aterrador.

—¿Cómo es eso de que la señora Kim sabe del compromiso?

La pregunta agitó un poco a Beomgyu. Esperaba un adjetivo delante de "compromiso", algo como "falso". Sin embargo, sonó tan natural de la voz de Kang que se preguntó si había estado comprometido más de una vez. En su caso no, por lo tanto necesitaba que los Kang dejaran de mencionar eso a la ligera.

—Llevé a Eunchae al centro comercial para que se animara...

—¿Qué le pasó? —interrumpió Taehyun haciéndolo suspirar—. ¿Por qué Chae está desanimada?

—Al parecer le hace falta su padre —contestó y retomó la conversación—. Estábamos casi yendo a casa cuando nos contratamos a Kim Minji y su madre —el recuerdo le daba escalofríos—. No teníamos opción.

—Para eso era la coartada —la voz de Taehyun sonaba limpia, como si no le diera importancia al asunto—. ¿Llevaba el anillo?

Beomgyu miró su propia mano, donde seguía la joya. —Sí —respondió sintiéndose raro por haber tenido eso puesto sin siquiera darse cuenta.

—Entonces todo salió bien —aseguró.

—Señor Kang, ¿sabe lo delicado que es estar comprometido con alguien? —intentó concientizarlo.

—Por eso era la mejor coartada —dijo—. Yo dejé a mi hija en casa de un hombre y usted tiene a una estudiante menor de edad bajo su techo, ¿le parece algo mejor que un compromiso? Su trabajo y la custodia de mi hija merecen ese nivel de garantía.

Tiene razón. Al parecer siempre la tiene. Tuvo la oportunidad de negarse y aún así no lo hizo. Accedió a cuidar a Eunchae aún si tenía que fingir un compromiso para salvarse.

—Aún así, habrá que mantener esa mentira cuando usted vuelva. —Y por alguna razón sentía que iba a quedar solo, otra vez.

—Profesor Choi —respondió con un pequeño sonido—, estoy muy agradecido por lo que está haciendo por mi hija y por mí. Por favor, no se preocupe por nada ahora, yo me encargaré.

De cierta forma las palabras de Kang lo tranquilizaron. Aunque no debían. Se supone que las cosas simplemente deben terminarse cuando Eunchae se vaya de su casa. Todo volverá a la normalidad.

—Eso espero —fue lo que le respondió.

Luego de eso solo quedó despedirse, y después de tomar un poco de aire fresco extra, Beomgyu volvió a su apartamento. Allí estaba Eunchae, viendo un programa de entretenimiento conducido por idols. La observó reírse hasta del chiste más tonto y la ilusión en sus ojos cuando uno de ellos lanzó un beso a la cámara.

Tomó asiento en el sofá y se dedicó a ver el programa con la niña quien, minutos después, estaba bailando todas las coreografías de las canciones que habían añadido al segmento de random dance.

Un sentimiento extraño se instaló en su pecho. De pronto se replanteó la idea de arriesgar su carrera por algo como esto. Aún no había olvidado la mirada de aquel hombre en el salón de profesores, ni las ganas inmensas de rezar a quien sea que lo escuchara con un ojalá no sea lo que pienso. Y si Eunchae también estaba escapando de lo mismo que él, pero a tiempo, entonces realmente no le importaba arriesgar lo que sea.

Ojalá él también hubiese tenido a su propio Clark Kent. Tal ves simplemente un profesor torpe. Quizás alguien que lo hubiese ayudado.

Aunque Yeonjun lo hizo, entiende que ya era algo tarde. Su cuerpo ya le había pasado factura y su mente había dejado de funcionar, sus emociones estaban cicatrizadas y sus sueños no existían. Obviamente le agradece muchísimo todo lo que hizo por él, pero si Clark Kent hubiese aparecido antes, ¿las cosas hubieran sido distintas?

Al pensar en Yeonjun le hizo recordar que hacía días no se comunicaba con él.

"Hola, Yeon. ¿Estás dormido?"

La respuesta tardó unos minutos en llegar. Incluso se había concentrado en la pantalla del televisor cuando su celular timbró.

"Hasta que te dignas."
"Deja de preocupar a mamá y llámala."

"¿Por qué está preocupada mamá?"

"Por ti. Tú eres el hijo pródigo y yo al que mortifican."

Suspiró sintiéndose mal por haber abandonado la comunicación con los Choi.

"La llamaré mañana."

"No la llames, ve a verla."

"Yeon, tengo trabajo."

"Irás en la tarde, ya le avisé y dijo que te iba a guardar algo de comer."

Hizo un pequeño berrinche. Aunque ame a Yeonjun, detesta cuando hace las cosas tan apresuradamente. Además, tiene a Eunchae consigo, ¿qué hará? Puede usar eso como excusa, pero claramente Yeonjun hará una de dos cosas: burlarse de él o regañarlo hasta que el primero de los dos muera.

Siente tanta responsabilidad sobre ella que no la quiere dejar sola ni al cuidado de nadie más. Si va a algún lugar debe llevarla con él, o eso es lo que siente. Eunchae no se puede sentir descuidada en ningún momento.

Se debate un rato más entre los pros y contras de dejar que la niña lo acompañe a la visita del día siguiente. Y aunque hay más contras que pros, los pros ganan en peso. Solo de imaginarse lo que podría pasar, lo pone de malas. Además, si fuese lo suficientemente seguro dejarla sola o con alguien más, su padre hubiera tomado esa decisión en vez de la absurda que estaban viniendo. Por ende, era su absoluta responsabilidad.

—Eunchae, debo visitar a alguien mañana. ¿Quieres acompañarme?

—¿A quién visitará?

Por un momento la pregunta le gustó. O más bien, la falsa respuesta le sabía dulce en los labios. Aunque sabía que no era del todo mentira, se debatió también si decirlo. —A mi mamá —salió de sus labios antes de poder controlarlo y con una sonrisa tímida en los labios.

—¡Genial! ¿La señora Choi se parece a usted? ¿Es una ahjumma dulce? ¿O es más del tipo matriarca? Debe ser una mujer muy bonita.

Quiso decir que todas sus suposiciones estaban correctas. Pero sintió que debía dejar que ella lo confirmara por sí mismo. Sin embargo, sí; la señora Choi (lamentablemente no del mismo linaje) era la señora más dulce, bonita y mejor líder de familia que haya conocido jamás. Aunque no es como que haya conocido a otros adultos amables. Pero le gusta que ella sea su madre falsa y se repite todos los días que es una real a ver si se queda tan grabado en su sangre como en su corazón.

🧸

¡Hola Moa! Volví.

Ya estoy en mi winter break. Bueno, se supone que hoy me tocaba hacer home office, pero mi habitación parece tener las suficientes distracciones como para no dejarme cumplir con mi trabajo. Lo positivo de esto es que estoy en casa hasta enero, así que eso significa: actualizaciones.

Espero que sigan amando a estos personajes. Les quiero muchoooooo ;)

¡Moatori se despide! <3

Cute Inside | TaegyuWhere stories live. Discover now