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—¿Ya estás aquí cariño? Te hemos echado de menos, ¿Verdad princesa? —miró a su hija que asentía contenta.

Jungkook estaba cocinando.

—No sabes lo que ha hecho tu hija —empezó a reír y TN paró las lágrimas que amenazaron con derramarse por sus mejillas. Se sentía mal pero no quería decirle para no provocar un problema que sería muy serio para él.

Era tan bonito llegar a casa...verlo de esa forma reconfortó su corazón.

Soltó las llaves en el sitio de siempre y se adentró para besar a Bora que estaba jugando en su parque de juegos.

—¿Le has dicho eso ya a Hiari? Yoongi está que se sube por las paredes.

—Que lo hubiera pensado antes, ahora será difícil ya verás, aún no he podido hablar con ella y es que tengo miedo de su reacción.

Bajó TN su rostro para besar a su hija. Y se quedó mirando la catástrofe.

—¡¿Cómo estás tan sucia?! —dijo exaltada viendo que la niña estaba con harina en sus manos, cara y ropa.

Miró a Jungkook alarmada.

—Queria ayudar —alzó sus hombros con inocencia—. ¿Cómo voy yo a decirle que no cuando estaba tan entusiasmada? Ya ha cenado y todo, ¿Verdad Bora? —le sonrió tiernamente y le guiñó un ojo como si fueran un buen equipo.

—Sois los dos iguales, te comparas como ella a veces y eso no puede ser Jungkook...Pero si parece un pescado a punto de ser echado a la sartén —le regañaba ella con desesperación.

Él empezó a reír de nuevo y la miró detenidamente por primera vez desde que llegó. Entonces algo notó en ella que lo hizo de pronto quitar la sonrisa de sus labios.

—¿Qué te ocurre? —frunció el ceño al hablarle.

Apagó el fuego y salió de la cocina limpiándose las manos con un paño que colgaba de su delantal

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Apagó el fuego y salió de la cocina limpiándose las manos con un paño que colgaba de su delantal.

—¿Como? No sé de qué me hablas —ella se tensó.

Se separó de Bora y Jungkook llegó hasta ella.

Le cogió la barbilla y le miró el cuello.

—¿Qué tienes ahí? —a TN se le abrieron los ojos de miedo al notar su tono de voz al hablarle. Se acabó su forma inocente de proceder, ahora era más un demonio que odiaba que tocaran lo que era suyo.

Jeon Jungkook era un camaleón, así lo llamaban.... Camaleón Jungkook. Un hombre que podía adoptar el roll que quisiera y todo le sentaba a la perfección.

Era tierno, comedido, pasional, sexi y como ahora posesivo con lo que era suyo. Mataría sin pensarlo a quien le hiciera daño, o esos eran sus pensamientos aunque no le había hecho nunca daño ni a una mosca.

—¿Me vas a contestar o tengo que adivinarlo?

—No es nada, no hagas un drama de una tontería Jungkook.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora