42

534 64 3
                                    


—Quiero pastelitos de crema por dentro y por fuera cubiertos de chocolate.

—En la cocina hay. Te los compré ayer.

—Esos no son Yoongi, esos están cubiertos de crema por fuera y rellenos de chocolate por dentro...¿No entiendes que te equivocaste y los trajiste al revés?

—¿Pero no es lo mismo? Cuando los comas y los mastiques sabrán a las dos cosas ¿No crees que será así Hiari?

—!Ok! ¡Vale!, ¡cómo tú digas!. Pero es que así no me gustan —se había enfurruñado.

Se enfadó y quiso levantarse del sillón donde estaba sentada. Yoongi se encontraba sentado en una silla frente a la mesa llena de papeles, los miraba atentos uno por uno.

Se dió cuenta de lo que iba a hacer.

—¡Espera! Dímelo a mí y te ayudo, no me he ido a ningún sitio porque te encuentras mal y quieres hacerlo por tí misma, ¿entonces para que estoy aquí? —soltó deprisa las partituras que tenía entre las manos.

Hiari hizo un puchero.

—Parezco una albóndiga con patas Yoongi —se puso a llorar aún sentada y medio hundida en los cojines del sofá—. Estoy gorda, hinchada y fea.

—Que largo se me está haciendo ésto, no me castigues más quién sea que esté haciéndolo —se quejó entre dientes Yoongi y miró al techo.

Después se sentó a su lado.

—A ver, ¿Qué le ocurre a lo más bonito de este mundo?

—No digas tonterías, estoy fea y a tu lado mucho más y lo sabes —se limpió los mocos con un pañuelo.

—¿Como crees? Solo es que estás un poco cansada y te sientes mal, solo es eso —la besó en la mejilla.

—Dime que ésto no demuestra que tú eres mejor que yo...

Sacó de su trasero una revista, se había sentado encima de ella cuando intentó levantarse antes.

—¿Porqué no me dijiste que ibas a ser la imagen de la portada de esta revista?

Yoongi no esperaba que lo viera, ya era un fastidio que estuviera a todas horas pensando que era mucho para ella como hombre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yoongi no esperaba que lo viera, ya era un fastidio que estuviera a todas horas pensando que era mucho para ella como hombre.

Su estado la tenía mal. No pensaba con coherencia porque sus hormonas estaban ya muy locas. Le quedaba poco.

—¿Quién te la trajo? —la miró serio.

—Quien sea, dime lo que te he preguntado —se puso impaciente.

—Ufffff mataré a quien haya venido hasta aquí para traer más problemas —rodó sus ojos.

—Seguro que las que te admiran y compraron la revista son más bonitas que yo —se puso a llorar otra vez—. ¿Como puedes estar conmigo estando así de guapo siempre? Me dejarás, ya lo verás. Tarde o temprano lo harás...lo sé.

ME ENAMORÉ DE UNA ARMY 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora