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𝐖𝐚𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠: Misoginia, matrimonio arreglado, embarazo, parto, violencia, poligamia, muerte, abuso, etc.
𝐀𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧: Herae no es una buena persona. No idealicemos sus conductas ya que no es sana.

 No idealicemos sus conductas ya que no es sana

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𝐇𝐚𝐜𝐞 𝟓 𝐚𝐧̃𝐨𝐬...

Caminabas por los pasadizos del castillo, muchos de ellos sin explorar y otros perdidos en el suelo del castillo. Saliste a un bosque, tu vestido verde oscuro estaba un poco sucio pero no te importó.

Saliste de uno de los pasadizos y el bosque estaba callado. Un hombre salió de las sombras, te estaba esperando. Elyan era su nombre. El hombre era el antiguo general de tu padre. —¿Estas lista? — preguntó el hombre mayor mientras buscabas una espada que habías escondido en los arbustos.

Desde muy pequeña años te habías estado encontrando con Elyan y esa tradición había emigrado de hogar contigo.

El te entrenaba en el arte de la autodefensa, estrategia, y el ataque. De un modo u otro siempre considerabas ser educada en las artes de la guerra, si tu padre nunca lo haría por ti debías conseguirlo tú misma.

El hombre era mayor pero eso solo pesaba en su experiencia. El hombre de cabello blanco se paró frente a ti. Debido a su antigua vocación ahora era un hombre musculoso y se veía muy sano aún cuando la edad no era la debida.

Una joven de veintiún años frente a un hombre de sesenta. —Muy bien, (T/N). Este es nuestro árbol — puso su mano sobre un árbol —Muy hermoso, muy sano. ¿Cómo consigo que este árbol sea solo mío? — el te mira a los ojos.

—Yo supongo... — el te detuvo abruptamente —Deja de asumir y responde en correlación a nuestras previas lecciones. — dice el hombre severamente —Lo tomarías. Tomarías mi parte del árbol — le respondiste sin verlo a la cara.

El frunció el ceño —Mis ojos están aquí, (T/N). Quieres que te escuchen cuando el momento sea debido pero ni siquiera puedes mantener el contacto visual? Debes olvidarte de quien eres cómo mujer, olvídate del miedo. Estarás aterrorizada pero no deberás dejar que lo sepan. En vez de ser la presa debes volver el cazador — el remueve su mano del árbol.

El tomó tu mano y la puso sobre el árbol —El árbol es todo tuyo, tomaste mi poder sobre el árbol — se movió unos pasos atrás —No creo que los reinos sean como los árboles — dijiste viendo.

—Tomar poder es muy fácil, cualquier tonto con demasiada confianza en si mismo y una milicia lo suficientemente buena lo haría pero solo los verdaderos estrategas toman el poder sabiendo que podrán resguardar ese poder — el explicó.

—Ahora defiende tu dominio antes que ambos caigan ante mi — dijo el hombre mientras levantaba su espada y se lanzaba contra ti...

Regresabas a los pasillos del castillo. Era un poco tarde. Caminabas hacia tu recamara. Herae estaba fuera por unos asuntos de la corona junto a Arianne y los gemelos habían estado con sus amas de crianza. Entraste a tú recámara y te exaltaste cuando viste a Herae.

Parado a los pies de las cunas de los gemelos. Quisiste decir algo pero las palabras no salían de tu boca. —Es una lastima que no puedas estar con tus hijos por estar protegiendo un simple árbol... — mencionó fríamente, Arianne le había mencionado las extrañas escapadas de su primera esposa al bosque hace un tiempo.

El estaba visiblemente molesto pero lo ocultaba bien. —Tu y ese vejestorio se alimentan de fantasías de poder. ¿Artes con la espada? ¿Estrategia para la guerra? Deberé ser un horrible esposo para que sientas la necesidad de aprender todas estas destrezas — el acaricio con su dedo indice la planta del pie de Aerya.

—Estás malinterpretando esto. Lo que sea que te dijeron — Caminaste hacia el —¿Me dijeron? No, te he estado observando, (T/N). ¿Que tratas de hacer? ¿Recurres a otros hombres para que satisfagan tus deseos? — el toma tú rostro entre su mano.

Frunciste el ceño —No se que insinúas con tus palabras pero no es lo que piensas — rodeaste su muñeca con tus manos para aflojar su agarre —No insinuó nada. Es exactamente lo que vi. Veo a un antiguo general y a mi esposa encontrándose a escondidas en el bosque — dijo con furia en la mirada.

—Dijiste que nos observabas. Eres testigo que nuestra alianza no va mas allá de un mentor y su estudiante. — sentiste la presión de sus dedos sobre tus mejillas

—Y si recurro a un general por ayuda es porque el Rey no desea dármela. — lo viste directamente a los ojos.

El te toma de la cintura y te lanza sobre la cama mientras Herae se sube sobre tu cuerpo —Escucha, cuando ese general llegue al reino de tu padre el será ejecutado. Y lo seguiré haciendo, una y otra vez. Cualquier hombre que levante una espada contra ti, y quien sea que tenga tu atención sin mi permiso morirá. — Mueves el rostro para evitar verlo a la cara.

—El que este de acuerdo en encontrarse contigo a mis espaldas morirá. — dijo —No pareces así de preocupado con los rumores de otras personas en la corte — remarcaste los rumores sobre Arianne con furia la cuál rápidamente se disipaba.

—Escúchame, (T/N). Eres una pieza muy importante en mi tablero. — sentías su cabello negro rasar su mejilla —No puedo permitir que todo se vaya abajo por tus fantasías sobre autonomía. — te susurro al oído

Cerraste los ojos de la misma forma que lo hacías de niña en tú mundo real. Cerrabas los ojos y pretendías que los monstruos no estaban ahí. Que no existían y que ahora no controlan tu forma de vivir...

El se quita de encima —Nunca podrás hacer nada sin que yo no lo sepa, (T/N). Eres de mi propiedad, todo lo que eres y serás es mío. Todo lo que produzca tu vientre será mío, todo el amor que sientas por nuestros hijos es porque son míos, y que me condenen si tu amor es de alguien más que de mi... —

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𝐋𝐚 𝐁𝐚𝐥𝐚𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐋𝐚 𝐑𝐮𝐢𝐧𝐚Where stories live. Discover now