𝐋𝐚 𝐁𝐚𝐥𝐚𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐋𝐚 𝐑𝐮𝐢𝐧𝐚

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𝐖𝐚𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠: Misoginia, matrimonio arreglado, embarazo, parto, violencia, poligamia, muerte, abuso, angst, etc.

Te aferraste al pecho de tu esposo mientras el te cargaba, se subió rápidamente al caballo —S-Syraes... — señalaste débilmente y el ordenó que ayudarán a Syraes.

Perdiste la conciencia segundos después.

En tu sueño regresabas al hogar de la bruja. Tu vestido todavía manchado con sangre en la entrepierna —¿Estoy muerta? — preguntaste mientras la mujer te observaba sin mover un sólo músculo —No estás muerta, te lo dije. No te daré la satisfacción de morir, no aún... Sufrirás un destino peor que la muerte. — ella chocaba la cuchara contra su taza revolviendo lo que sea que contuviera.

—Este es el inicio de tus tribulaciones, Reina — la mujer seguía revolviéndolo —Una vida por una vida. Diste la vida de la criatura a cambio de la tuya — dijo la mujer y te acercaste.

Tiraste la taza de su mano causando que se destrozara en el suelo pero el ruido cesó —¡Yo nunca pedi esto! ¡Nunca estuve de acuerdo en sacrificar a mi bebé! ¡¿Porque lo haces hasta ahora?! — gritaste con lágrimas en los ojos.

La mujer sonrió maliciosamente —Dijiste que estabas dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de permanecer con vida, cambiar la historia y tu final. — diste un pasa atrás en sorpresa —Te estoy dando la oportunidad de vida tal como la quería — remarcó la bruja —Además esta era la oportunidad perfecta para sacrificar al hijo en tu vientre ya que tus hijos vivientes son importantes para mis planes — dijo.

—Tú y tus hijos son historias en desarrollo y me aseguraré que esas historias ocurran antes de terminarlo todo. — dijo la mujer —Aléjate de mis hijos o te juró que te encontrare y te asesinare con mis propias manos — la señalaste con tu dedo índice.

Ella río levemente —En lugar de lanzar amenazas al aire, debes proteger a tus hijos y a ti misma porque esto es sólo el comienzo de la tormenta. Siempre tendré marionetas que harán posible el sufrimiento en tu vida, (T/N) — ella mencionó —Ahora despierta, Reina. — ella chasqueó los dedos.

Abriste los ojos de golpe, el cuarto era sombrío y solitario. Viste a tus alrededores y al lado de tu cama estaba Herae dormido. Te sentaste con mucha dificultad —¡(T/N)...! — el te ayudó a sentarte mientras arreglaba los cojines para recostarte.

—Herae... — es lo único que puedes murmurar y el te ve con los ojos llorosos —Creí que te perdería — sostiene tu rostro entre sus manos —Tenía tanto miedo. Perdóname (T/N)... — el dice mientras te da un leve beso en los labios pero no reaccionas.

—Mi bebé... mi bebé... fue mi culpa. ¡Todo esto, me lo merezco! ¡Fue mi culpa! — gritaste mientras tirabas los cojines —¡Yo lo cause! ¡Soy la peor madre del mundo! — llorabas mientras rompías en llanto. —Ella se los llevará. ¡Ella se llevará a mis hijos! ¡Todo por mi ambición! ¡Debi haber muerto! — gritas desesperado mientras el te abraza fuertemente

Estabas temblando en tu cama, tus deseos de vivir habían asesinado a tu bebé —Perdóname a mi... por nuestro hijo... — lloraste. Herae te abraza suavemente y te susurra suavemente al oído. —No tienes nada por qué disculparte, mi amor, fue un incidente desafortunado. Al menos estás aquí, y bien. Lo intentaremos de nuevo si eso deseas. Pero ahora, tómatelo con calma, mi amor — ella asiente levemente.

—Estaba tan asustada. Intenté ser fuerte pero no pude... — tu voz temblaba. Herae continúa abrazándote fuerte, tratando de calmarte. —Entiendo mi amor, pero debes tomártelo con calma. No te estreses. Ahora debes descansar —

Te acuesta suavemente en la cama antes de levantarse y caminar hacia un escritorio que estaba cubierto de varios papeles.

—¿Sabes quien lo hizo? — preguntas con odio en la voz. Herae niega con la cabeza y su expresión se vuelve oscura. —Hasta donde yo sé, era un grupo de bandidos. Habían atacado tu carruaje cuando regresabas de tu reino, pero tenían mucho tiempo planeándolo. — mencionaba.

Deja escapar un suspiro y continúa. —Mis hombres han estado haciendo lo mejor que pueden para descubrir la identidad de los bandidos, pero por ahora solo debemos preocuparnos por ti mi amor. No te preocupes. — dijo.

—Esto no fue el hacer de unos bandidos inexpertos buscando oro o joyas. Ellos querían asesinarme. Alguien poderoso lo ordenó — dijiste

El rostro de Herae se oscurece aún más al pensar que alguien más está orquestando el ataque. Se acerca al borde de la cama y toma tu mano, mirándote directamente a los ojos. —No te preocupes por nadie más. Mis hombres localizarán a quien haya orquestado esto y lo castigarán severamente. Me aseguraré de ello. La perdida de nuestro hijo no quedará impune — Hace una pausa por unos momentos antes de decir.

—Syraes logró asesinar a su líder causando que todos los demás se dispersaran — eso te regresó a la realidad —¡¿Que pasó con Syraes?! — el se sorprende —Recibió heridas severas pero se recuperó muy bien — Eso te aliviaba, el seguía con vida. Finalmente te pusiste de pie débilmente —Quiero ver a mis hijos y quiero verlo a el... — dijiste y el asintió.

Te agarrabas de su brazo mientras caminaban por los pasillos del castillo, entraste al cuarto de tus gemelos. —¡Madre! — los gemelos de de cinco años corrieron a ti —Mis amores — los abrazaste fuertemente. El pequeño Kyren de 3 años caminaba hasta ti con dificultad —Mi pequeño — lo tomaste en tus brazos mientras te sentabas en el suelo del cuarto.

Algo captó tus ojos. El cabello del pequeño Kyren ahora tenía un mechón de rubio rojizo casi de una tonalidad rosa —¡Mamá! — balbuceaba el niño viéndote a los ojos. El iris de su ojo derecho estaba tomando un color avellana muy distinto al color negro heredado por tu esposo.

Mis amados lectores, me arrepiento haber hecho a los hijos de las reinas tan jóvenes hasta este punto en la historia. Habrá un salto en el tiempo un poco largo ya que los niños empezarán a tener mas protagonismo en la historia.

— Con mucho cariño, Elyannah