Kate, pásame la dos [RE-SUBIENDO]

día cuarenta y cuatro.

¿Qué libro lees?

-Kyle.

Se llama Eleanor y Park. Es bonito, me lo prestaron ayer.

-Kate.

¿Quién te lo presto?

-Kyle.

La novia de Óscar, vino ayer a la casa. ¡Oh, cierto! No te he contado. Ayer fue la cena.

-Kate.

Detén el carro. ¿Hablas de... La cena?

-Kyle.

Esa misma. Con padres y hermanas adolescentes incluidas.

-Kate.

Kyle, sentí pena por él. El muchacho sudaba más que cualquiera de los dos en clase de deportes. Más que los dos juntos. Fue súper incómodo, ¡hasta para mí! Nunca lo había visto tan nervioso. ¿Así estás tú en las cenas? No puedo ni imaginarme a un Kyle nervioso sirviendo bebidas y bocadillos.

-Kate.

No lo sé. Nunca he tenido una, quiero decir, lo que sé es gracias a los chicos pero aún no he vivido la experiencia.

-Kyle.

No bromees. ¿Qué se te cayó primero? ¿La pimienta o la sal?

-Kate.

Jamás he invitado a una novia a comer a la casa.

-Kyle.

Vaya, creía que sí.

-Kate.

Si no es muy imprudente mi pregunta, ¿por qué no lo has hecho?

-Kate.

No lo sé. Creo que muy dentro de mí sabía que ninguna de mis relaciones duraría lo suficiente para pagar el precio de la cena. Y si estamos en plan de ponerse incómodos con los padres y sacar mi lado chef para impresionar (probablemente intoxicar) a alguien, supongo que espero que valga la pena.

-Kyle.

Además tú tampoco has tenido la cena.

-Kyle.

¡No empieces!

-Kate.

¡Pero si tú empezaste! Burlándote de mí por no tener la cena :(

-Kyle.

Como sea, volviendo al tema, pobre de Óscar, eso debió ser de lo más extraño.

-Kyle.

Oye, pero, ¿funciono? Es decir, ¿tus padres aceptaron a la chica?

-Kyle.

Sí. A mamá le parece que es "una joven encantadora" y papá dijo que probablemente ella sea la salvación de Óscar. Quién sabe. A mí me agrado Kimberly después de todo. Resulta que dibuja casi tan bien como Óscar (palabras de él, no mías). Y al parecer tiene buen gusto en libros. ¿Tú que dices? ¿La acepto como cuñada?

-Kate.

Suena como si fuera una persona genial. ¡Acéptala!

-Kyle.