Acto 23

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Sábado por la mañana, vacaciones de verano. Sakura se estiraba en esa amplia cama, buscaba el calor de ese hombre de ojos miel y seductora sonrisa, al toparse con él lo abrazó al instante, subiendo su pequeña pierna encima suyo, apoyándose más en el cuerpo de ese profesor de matemáticas de ahora veintinueve años de edad. Él por su parte acariciaba la espalda de esa niña en sus brazos, adoraba verla dormir, verla sumida en una inconmensurable paz.

—Déjame dormir —dijo con voz ronca—, tú mirada es muy penetrante.

—Te aseguro encanto que no es lo único penetrante —añadió con sorna y voz aún más ronca.

—Ja ja ja, ya vas —dijo algo nerviosa—, no te digo lobito travieso.

—Ja ja ja, ¿Qué harás cuándo llegue el idiota de Xeng?

—Me veré con Chiharu y Eriol en el parque, iremos a dar un paseo.

—Ya veo, estarás con ellos —sonríe—. Sakura…

Ella entendía las cosas, alzaba su verde mirada a él, y acariciaba su rostro con ternura.
—No tienes que preocuparte por nada lobito.

—Pero él…

Sakura se subía arriba de Shaoran, tomaba con ambas manos su cara y lo miraba profundamente.
—Creer que existe esa mínima posibilidad, es creer que soy yo solo una promesa vacía. Y necesito creer que soy más que eso, más que una promesa vacía.

—Sakura.

—Por favor lobito, creer que existes es creer que nunca me fallaras, es dar por segura tu presencia a mi lado.

Shaoran la abrazaba, se sentía el temblor de su cuerpo, su respiración entrecortada, pero también se sentía su alivio, su calidez. Ambos se levantaba de la cama y se vestían, siendo esa la primera vez que esa niña usaba ese pantalón de mezclilla que aquel castaño le había comprado, su mirada decía absolutamente todo lo que sus pensamientos le rondaban, Sakura lo miraba avergonzada y le respondía.

—Ya ves cómo sí tenía razón, me ves cómo sí me lo quisieras arrancar.

—Ja ja ja, te ves preciosa, mi reina —se acerca a ella y besa sus labios—, me encantas, te compraré más pantalones. —Sonríe.

—No es algo que yo te pida.

—Ya sé, quiero hacerlo.

Los dos se fueron a la cocina y comenzaron a preparar el desayuno, y tras terminar de ingerir sus alimentos comenzaban a recoger todo, sonaba el celular de ese castaño, esa llamada ya sabía que significaba, contestaba de mala gana, como siempre, Sakura entonces se dirigió a la habitación, se realizaba una coleta alta, se ponía perfume, y tomaba su bolsa de mano, la misma que le había regalado ese hombre en su cumpleaños, se acercaba Shaoran hasta ella y le sonreía, verla lo hacía realmente feliz.

—Está afuera.

—Pues déjalo pasar.

—¿Segura mi reina? Recuerdo que le dijiste que ya no era bienvenido aquí —le dijo con sarcasmo, recordando las palabras exactas de esa niña.

—Por favor lobito, no me recuerdes eso —respondió azorada—, dejá que entre, en todo caso ya estoy por irme.

—Bien. —Sonríe.

Abría la puerta principal aquel castaño de uno ochenta de alto, ingresaba a ese departamento un hombre similar a él, solo que de mirada jade y un poco más alto, sonreía como siempre, pero se dió cuenta ese hermano mayor que nada era como siempre, en el recibidor había una fotografía, una de esa niña junto al menor de sus hermanos, junto a él un tazón con otro juego de llaves, seguía caminando Xeng hasta la sala de estar, dónde veía cojines nuevos, en la mesa del café un enorme jarrón con flores y en los alrededores algunas macetas, inmediatamente dedujo todo, esa niña de ojos como los suyos, se convirtió en una piedra angular para el menor de sus hermanos.

Di mi nombre (Versión Fic)Where stories live. Discover now