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Donghae

Supe que algo estaba
horriblemente mal cuando vi a
padre durante la cena. Tenía la
energía nerviosa de un animal
atrapado. Los ojos de Yuqi
volaron hacia mí, sus cejas
oscuras disparándose en alto en
una pregunta silenciosa. Siempre
intentaba actuar como si fuera
adulta, y aun así parecía pensar
que siempre sabía más que ella.
Pero siempre había más preguntas
que respuestas en nuestra casa.

Me encogí de hombros levemente
y dirigí mis ojos hacia
madre, pero su atención se
centraba en padre, con la misma
expresión curiosa en su rostro
que Yuqi me estaba dando.
Ninguno de nosotros parecía
tener respuestas; padre veia
atentamente hacia su iPhone,
pero la pantalla permanecía
negra. Cualquier cosa que
esperara y ansiara, no estaba
sucediendo.

Sus dedos tocaban un ritmo
errático en la caoba de la mesa
de nuestro comedor, un bajo clic
tras otro por sus uñas en la
madera. Padre generalmente usaba
las uñas meticulosamente cortas,
pero cualquiera fuera la razón
que lo tenía como un naufragio
nervioso ante nosotros le
había hecho olvidar su higiene
personal.

-Yesung, apenas has tocado tu
cena. ¿No te gusta la carne
asada? -preguntó madre. Había
pasado dos horas en la cocina
preparando nuestro festín del
domingo. En todos los otros días
de la semana nuestro cocinero
era responsable de la cocina.

Padre saltó en su silla. Sus
amplios ojos inyectados en
sangre encontraron los de madre,
luego nos vio a Yuqi y a mí. La
inquietud se instaló en la boca
de mi estómago. Nunca lo había
visto así. Padre era tranquilo y
analítico. Poco podía conseguir
alterarlo. Pero desde la fiesta
donde Falcone, parecía algo
estresado.

-No tengo hambre -dijo padre
antes de que su mirada volviera
a su teléfono celular.

Eché un vistazo a la petaca que
se tensaba sobre su cinturón.
A padre le encantaba comer, y
nunca dejaba que la carne asada
de madre se desperdiciara. La
pantalla de su teléfono destelló
con un mensaje y el rostro de
padre se quedó sin color. Dejé
el tenedor, ya sin apetito. Pero
no tuve la oportunidad de mirar
otra vez a madre porque padre se
puso en pie.

Su silla se derrumbó y estrelló
Contra el suelo de madera dura.
Madre también se levantó,
pero Yuqi y yo nos quedamos
congelados en nuestros asientos .
¿Qué está pasando?

-Yesung, ¿qué...?

Padre corrió antes de que madre
pudiera terminar su frase.
Madre lo siguió y después de un
momento me puse de pie. Yuqi
todavía estaba pegada a su
silla. Ella parpadeó hacia mí.

Mis ojos se dirigieron a la
puerta, dividido entre correr
tras nuestros padres para
averiguar qué estaba pasando y
seguir las reglas. No se suponía
que nos levantáramos de la mesa
del comedor sin permiso. No me
gustaba esa regla, pero siempre
la seguía. Después de todo,
las cenas eran la única vez
que nuestra familia tenía la
oportunidad de reaImente pasar
tiempo de calidad juntos.

La puerta del comedor volvió a
abrirse y padre volvió, con dos
armas en las manos. Bajó una,
solo para sacar su teléfono y
presionarlo contra su oreja.
Me quedé mirando el arma en
nuestra mesa. Sabía lo que padre
hacía para ganarse la vida
lo que él era. Lo sabía desde
que podia recordar, incluso si
madre, Yuqi y yo viviéramos una
vida bastante normal. Incluso
si intentabas ser ciego a la
verdad, a veces te golpeaba en
la cara sin invitación. Pero
hasta ahora, padre habia tratado
de mantener la ilusión de la
normalidad a nuestro alrededor.
No había sido exactamente
difícil para él porque hasta
hace unos meses Yuqi y yo
habíamos asistido a un internado
y solo habíamos estado en casa
los fines de semana y durante
las vacaciones. Y pronto me iría
a la universidad y Yuqi volvería
a la escuela.

Scarred Heart Where stories live. Discover now