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Donghae


Mis dedos temblaron ante la
perspectiva de noticias sobre mi
madre y mi hermana.

-De acuerdo. Comeré la pizza.
Solo dime lo que sabes.

-¿Qué tipo de pizza quieres?

Solté un suspiro de
exasperación, pero no podía
perder la compostura de nuevo
o él podría decidir no decirme
nada.

-Atún y cebolla, supongo.

Wolf tomó el teléfono y pidió la
pizza para seis. Eso nos dejaba
más de una hora.
Debe haber visto la
consternación en mi expresión
porque dijo:

-Coco y Bandit necesitan pasear
si vienes, te diré todo lo que
sé.

Asenti con entusiasmo y ya que
el único par de zapatos que
Wolf había traído en mi mochila
eran mis zapatillas deportivas,
estaba perfectamente equipado.
Al momento en que salimos me
di cuenta de lo atrapado que
me había sentido dentro de esa
casa.

Wolf no se molestó en poner una
correa a sus perros. Comenzaron
a husmear los arbustos locales a
medida que Wolf y yo caminábamos
uno al lado del otro. Se sentía
extraño.

Había estado con él durante
casi veinticuatro horas y hasta
el momento había sido mucho
más decente conmigo de lo que
hubiera esperado. Pero sentí
que tenía más que ver con el
hecho de que lo confundí que con
misericordia o piedad.

-¿Y bien? -comencé, cuando
se hizo evidente que Wolf
disfrutaba de la tranquilidad
del paseo.

-Falcone parece estar contento
con el castigo que ha infligido
a tu familia hasta ahora. Con tu
padre muerto, y tu conmigo, no
ve ninguna necesidad de castigar
a tu madre y hermana en este
momento.

-¿Entonces mi madre y hermana
están bien? -pregunté en alivio.

-Por ahora -respondió Wolf con
toda naturalidad.

-¿Dónde están?

-Tu madre esta en tu vieja casa.
Aún no estoy seguro de dónde
está tu hermana.

-¿Qué quieres decir con que no
estás seguro? ¿Qué le ocurrió?
¿Cómo puedes estar seguro que
Falcone no la lastimó si no
sabes nada más? ¿Y si la cedió a
alguien como regalo?

Como lo hizo conmigo, agregué
en mi mente. Quería estar alli
para protegerla. Era mi trabajo
hacerlo.

-Falcone no ha sido muy
abierto hoy con esa clase de
información. Después de la
traición de tu padre es aún más
cauteloso. Pero tiene algún plan
y parece querer que tu hermana y
tu madre estén bien.

-Pero...

-No -dijo Wolf con firmeza-. Eso
es suficiente. Te dije lo que
sé. -Sus cejas se fruncieron
y sacudió la cabeza, más para
sí mismo que dirigido a mí.
Todavía me maravillaba de
lo fuerte que era, mis ojos
trazaron sus brazos musculosos,
tatuados desde la muñeca hasta
lo que podía ver. Especialmente
el cráneo y la serpiente
desplegando sus dientes me daban
escalofríos.

Me pregunté cuánto más de su
cuerpo estaba cubierto de esa
manera.

-Deberíamos regresar o nos
perderemos la pizza -dijo Wolf.
Mis ojos se elevaron hasta su
rostro. ¿Cuánto tiempo llevaba
mirándolo otra vez? Tenía la
mandíbula apretada, los ojos
llenos de un fuego que me ponia
nervioso.

Me adelanté rápidamente y él
cayó a mi lado poco después. No
volvimos a hablar.


Wolf


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