CAPÍTULO 7: LA NOTICIA

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-Ehhhhhh, ehhhhhh- titubeó Martinah-, ven amorcito.
Entonces, después de pronunciar esas palabras, dio un beso intenso a Goehl, tan intenso que me dieron arcadas. No entendía nada, pero para no ver el acto siguiente, me fui a comer, bueno, a la mesa, a comer no, ya se me pasó el hambre.
Pero eso solo fue el principio, cuando estaba en mi habitación, vinieron Goehl y Martinah, se metieron en la cama y... Bueno, sí, eso que estás pensando, imagínatelo cómo quieras, dónde quieras y cuándo quieras. Porque yo no te voy a dar detalles.
¿Estaban fingiendo que eran novios? Lo que he visto que han hecho en la cama, lo poco que he visto, diría que va intenso, diría que Goehl disfruta. Subí arriba, otra vez a la habitación, después de bajar para calmarme un poco.
-Cariño, cálmate-decía Martinah-, te estás excitando mucho.
¿Pero qué cojones? Eso no era fingir vamos. Si se finge, no se disfruta.
-¿Qué pasó en el baño?- pregunté-, he escuchado todo.
-Ehhhhh...ehhh...¿Todo?- preguntó, irónicamente supongo, Martinah.
Después, Goehl me dijo:
-Todo lo que oíste era...
-Era, era un libro- gritó Martinah-, un libro que vamos a escribir, de amor claro, con nuestros nombres si no te importa, además como mi Goehl y yo ahora estamos últimamente más juntitos...
-Vale, vale, bien, pero vestiros y salir de la cama- dije yo.
-¿Nos vas a quitar la diversión?- preguntó la insoportable.
-Sí, y da gracias a que no te mate ahora mismo.
-Vale, vale, cálmate-me respondió.
Ellos se fueron, y yo me quedé con Goehl, bueno en realidad con mis pensamientos, porque él se estuvo toda la tarde hablando por videollamada con Martinah, y no salió de la habitación, al igual que yo. Cuando eran las ocho de la tarde, la hora de cenar, me dirigí a la mesa. Me senté en un extremo de la mesa, y al otro lado se sentó, adivina, Goehl y su querida novia Martinah.
Cuando estaba preparada para empezar a cenar, la directora entró a la sala.
-¡Goehl y Jhanny-gritó-, venid ahora mismo!
En ese momento, sentí mucho, pero que mucho miedo. Goehl y yo fuimos, y la directora nos dijo:
-Os va a adoptar una familia- exclamó la directora como si estuviera de coña-, por fin nos liberamos de vosotros.
¿Era coña? ¿Este pedazo de... iba a ser mi “hermano”? Prefiero que me secuestren los extraterrestres.
-Vamos chicos, cenad, que mañana a las seis de la madrugada vendrán a por vosotros- dijo la directora y se quedó tan ancha.
“Vendrán a por vosotros”, como si fuéramos el pedido del Uber Eat, no te jode.
Cené, se me atragantó la cena, no te voy a mentir, y no dormí ni un minuto.
***
Cuando llegaron las seis de la madrugada, vinieron un hombre y una mujer con una chica muy guapa. Supongo que sería su hija, era rubia, alta, flaca, vamos un modelito. Tenía competencia, pero nadie iba a ser mejor que yo.
-Vamos, que te quedas abobada- me dijo Goehl.
-¡Calla, tú ni me hables!- le contesté.
Sí, tenía competencia, pero nadie iba a ser competente para mí. Cogí las maletas, y entré al coche en el que me llevarían al mi nuevo hogar. No sabía si esto iba a acabar mal, o bien.
El latir frenético de mi corazón resonaba en mis oídos mientras intentaba procesar la noticia. ¿Adoptados? ¿Por una familia desconocida? Era como si me hubieran arrancado el suelo bajo mis pies, dejándome suspendido en el vacío. Miré a Goehl, su expresión reflejaba la misma angustia que sentía yo. Aunque había una diferencia, a su lado del coche, había una chica que seguro que...bueno eso, que le gustab...
Además de tener esos pensamientos que me daban tanto miedo, me tranquilicé un poco y contemplé la carretera que se extendía ante nosotros como un sendero hacia el futuro, lleno de posibilidades y desafíos, o problemas y desgracias.
Miré a Goehl, sus ojos reflejaban la misma mirada de terror.
***
Cuando llegamos a una casa, bueno una casa, ¡A UNA ENORME MANSIÓN!, salimos del coche, cogimos las maletas que teníamos con algo de nuestras prendas de ropas favoritas, y entramos a la casa. Las demás de las cosas las llevarían los encargados del orfanato. Lo que no se me olvidó coger fue el cuadro, del pícnic, el día de mi cumple. Goehl me cogió de la mano y entramos por la puerta, una puerta que podría brindarnos cualquier nueva experiencia.

CHICO BUENO, CHICA MALA (MI MEJOR ERROR #1)Where stories live. Discover now