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La tenue luz del pasillo se filtraba por la puerta entreabierta, revelando la penumbra de la habitación donde Iryna estaba cautiva

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La tenue luz del pasillo se filtraba por la puerta entreabierta, revelando la penumbra de la habitación donde Iryna estaba cautiva. Sus oídos captaron la conversación que se desarrollaba fuera de su alcance visual, pero cada palabra resonaba con un peso ominoso en su mente.

—Es Ucraniana, la secuestraron los rusos en medio de la guerra y me la intercambiaron para saldar una deuda —la voz resonaba desde afuera de la habitación, un susurro que apenas se filtraba a través de las paredes que la mantenían cautiva.

Ella se había aferrado a la cama, o lo que era un desvencijado lecho con olor nauseabundo en el que ahora se veía obligada a descansar.

La respuesta llegó sin demora , otra voz que resonaba en la oscuridad de la habitación. —Entonces tiene que ser hermosa.

La respuesta no tardó en llegar, una voz que resonó con un tono áspero y frío: —Entonces tiene que valer la pena.

—No es exótica, pero pagarán un buen precio por ella —añadió la primera voz, sumiendo a Iryna en un escalofrío que la llevó a abrazarse las rodillas con más fuerza.

No solo estaba lejos de su tierra natal, sino que también se enfrentaba a la perspectiva de ser vendida como una mercancía. A pesar de su limitado dominio del japonés, entendía lo suficiente como para comprender que su destino estaba sellado y que la esperanza era un lujo que no podía permitirse.

—¿Puedo verla? —preguntó la segunda voz, más grave y profunda.

—Te advierto que está asustada —respondió la primera con una nota de indiferencia.

Pasos resonaron en el pasillo, un eco que no prometía liberación sino más incertidumbre. Y aunque sabía que esconderse no cambiaría su destino, abandonó la cama y se acurrucó en un rincón oscuro entre muebles antiguos y la cama maltrecha. Se sentía como un animal acorralado, a pesar de la decadencia que había experimentado en los últimos meses.

Aunque había vivido muchas experiencias, ninguna se comparaba con esta; no se necesitaba ser muy perspicaz para darse cuenta de que la habían secuestrado para someterla a una red de trata.

La puerta se abrió con suavidad, y un haz de luz del pasillo se filtró en la oscura habitación.

Iryna, acurrucada en el suelo, se encontró con la mirada de un hombre fornido. A pesar de la frialdad que sentía en su cuerpo, no apartó la mirada, sosteniendo sus ojos con una determinación feroz. El hombre se acuclilló frente a ella, extendiendo la mano para acariciarle la mejilla con la yema de los dedos.

Ella estaba helada, pero sus ojos no mostraron señales de debilidad. Era una lucha silenciosa entre la desesperación y la resistencia, y en ese momento, su mirada hablaba de una determinación que la adversidad no lograba quebrantar.

—Mas te vale comportarte —le espetó con firmeza mientras se enderezaba, su mirada escudriñando la habitación. Era un lugar de pesadilla, sumido en la penumbra y plagado de moho que se esparcía como una sombra por todas partes. Los escasos muebles presentes eran viejos y desgastados, y una sensación de abandono y decadencia se aferraba al ambiente.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]Where stories live. Discover now