FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]

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Canción recomendada: In The Woods Somewhere de Hozier.

Advertencia de final ALTAMENTE CARDIACO.

Le había dicho que no. Ella... lo había rechazado. 

Resultaba lo suficientemente egocéntrica como para creerse capaz de superar cualquier tipo de juego por sí sola. Sin embargo, él, a pesar de su habitual confianza, se encontraba con un ego hecho añicos. Esta situación era aún más desconcertante para él considerando que era la primera vez que proponía algo así a alguien a quien conocía desde hacía menos de un día.

Así que, sí, Iryna había dejado su ego completamente hundido en la tierra.

Cuando ella despertó, él ya no se encontraba en la habitación, pero había dejado varias aspirinas y una botella de agua nueva en la mesita de noche. Ni siquiera recordaba en qué punto de la conversación se había quedado dormida; había rechazado su propuesta para una alianza y luego hubo un silencio. Desde ahí, ya no recordaba nada más, así que seguramente se habría dormido.

Aunque no le martilleaba la cabeza, pero igual se tomó las aspirinas porque tenía el estómago revuelto y no quería correr el riesgo de vomitar. La música proveniente de la fiesta de abajo se oía como un eco lejano, y a través de la ventana, se colaban risas y murmullos festivos.

Se levantó con precaución, sintiendo la ligera punzada en el estomago al ponerse de pie. Al acercarse al baño, notó que la luz se filtraba por la rendija de la puerta entreabierta. Al asomarse, descubrió a Kuina frente al espejo, delineándose los ojos con destreza. El tocador estaba lleno de colores vibrantes y utensilios de maquillaje.

Kuina expandió una sonrisa en su rostro cuando vio a Iryna a través del espejo. 

—Estaba a punto de despertarte —comentó, volteándose para mirarla a la cara, apoyándose sobre el mármol del lavamanos donde estaban esparcidos sus maquillajes. —¿Cómo te sientes?

—Bien —logró articular, con la voz más ronca de lo normal. Volvió a tomar otro sorbo de agua antes de continuar hablando para aclararse un poco más. —¿Cómo estuvo tu cita de anoche?

Kuina sonrió aún más, como si realmente le hubiera emocionado mucho escuchar esa pregunta. Sus ojos brillaban con complicidad, y sus gestos eran tan expresivos que daban la sensación de que cada palabra estaba acompañada por un juego de luces y sombras. 

En el último tiempo, la mas alta se había convencido de que estar con Chishiya era agradable, pero él era una persona bastante particular, una que no hablaba más que de cosas de importancia. No le interesaban mucho el resto de las cosas que sucedían a su alrededor, es decir, los momentos irrelevantes.

Así que, por primera vez desde que entró en ese mundo, Kuina se percataba de la falta que le hacía tener una amiga. Una en serio, no solo una conocida. Alguien con quien pudiera hablar acerca de temas que en realidad no importaban un comino pero que eran divertidos. Alguien a quien pudiera preguntarle si su cabello lucía lindo hoy o si el color del traje de baño que había elegido estaba bien a tono con su piel.