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En medio de la caótica escena, mientras los gritos de Arisu resonaban en el aire, instando a todos a correr, Niragi luchaba por apuntar con su arma hacia un objetivo evasivo

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En medio de la caótica escena, mientras los gritos de Arisu resonaban en el aire, instando a todos a correr, Niragi luchaba por apuntar con su arma hacia un objetivo evasivo. La confusión se apoderaba del grupo, ya que nadie lograba identificar la fuente de los disparos que los rodeaban. Frustrado por la incertidumbre, el morocho cedió casi de inmediato, uniéndose al tumulto en su intento de huida.

—¿Entonces ha comenzado el juego o qué diablos está pasando? —bramó Kuina, mientras Usagi respondía con desconcierto:

—Ni siquiera nos explicaron las reglas.

—No hay reglas, idiotas. Esto es una matanza —sentenció Niragi con su característico tono despectivo.

Los seis individuos se agruparon en la entrada del subte, buscando desesperadamente un refugio temporal para evaluar la situación. En un movimiento impulsivo, el rubio colocó a Iryna frente a él, guiándola por la cintura con instintiva protección, pero ganándose una mirada desaprobadora por parte de la chica.

—Yo te cubro —anunció, pero la expresión descontenta de Iryna solo se intensificó.

—No hace falta —respondió ella mientras se apartaba de la cabina, decidida a regresar a su posición detrás de Chishiya.

—Dejen de jugar, niños pequeños —gruñó Niragi, situándose justo delante de ambos, con los nervios y la tensión palpables en el aire.

En el caos que se desata, más jugadores emergen, corriendo con desesperación como si un depredador invisible los acosara. El grupo de seis individuos se ve compelido a ponerse en movimiento nuevamente, sus pasos resonando en la angustiosa sinfonía de gritos y disparos que llenan el ambiente.

—¡Sepárense y corran! ¡Es la única forma de sobrevivir! —la extranjera exclama con urgencia, su voz luchando por destacarse en medio del tumulto.

Ella se convierte en la punta de lanza, desviándose en primer lugar, y los demás siguen sus instrucciones. Kuina se une a Chishiya en una desviación, mientras que, casi como si estuvieran guiados por un destino caprichoso, Usagi y Arisu optan por la carretera elevada. Por supuesto, Niragi, con su instinto de supervivencia agudo, se asegura de mantenerse cerca de su compañera; su desconfianza hacia el resto del grupo no necesita explicación.

Ambos corren al unísono, atravesando varios metros hasta que logran distanciarse de la estación de tren. Es entonces cuando encuentran un refugio detrás de un automóvil, proporcionándoles unos escasos minutos de respiro en medio del pandemonio.

—¡Kuina! —la castaña grita al verlos correr, tanto a ella como a Chishiya, en medio de la carretera.

Instantáneamente, la mujer alta y el rubio desvían su curso hacia donde Niragi e Iryna están ocultos. Los cuatro se resguardan detrás del vehículo justo cuando uno de los dirigibles se posa casi encima de ellos.

—Rey de picas —comenta el rubio, señalando la amenaza.

Iryna rueda los ojos antes de murmurar: —No me digas.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]Where stories live. Discover now