FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]

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La canción recomendada para leer este capitulo es Dont Blame Me de Taylor Swift.

Aviso de capitulo ALTAMENTE CARDIACO.

—Sabes, habríamos estado a un pelo de morir si esos dos no nos hubiesen salvado —comenta la castaña, mientras camina junto a Chishiya en la penumbra de la ciudad desolada. 

El susurro de la brisa nocturna parece llevar consigo ecos de la reciente hazaña, y la iluminación intermitente de farolas distantes apenas resalta las sombras que se ciernen sobre ellos. Ambos han optado por regresar a pie en lugar de tomar el auto con Aguni, cuyo compañero fue arrebatado por la implacable vorágine del juego. 

Ni siquiera discutieron la alternativa en voz alta; simplemente eligieron un camino diferente al del vehículo, necesitando un respiro del ajetreo de La Playa antes de sumergirse nuevamente en esa atmósfera opresiva.

—Que afortunados somos —acota su compañero de manera irónica. Iryna rueda los ojos después de echarle una mirada de reojo, sus iris destellan en la penumbra, reflejando una mezcla de determinación y fatiga.

—Solo estás celoso de no haber sido tú la estrella.

—Muy celoso —dramatiza Chishiya, y esta vez es él quien le mira de reojo antes de volver a poner su vista en la calle oscura. El rubio considera que Iryna no se da suficiente crédito; aunque los dos chicos hayan jugado un papel importante al accionar el botón para evitar la explosión, él ha sido testigo de la destreza de la extranjera al esquivar balas y desviar la atención de la criatura, permitiendo abrir la puerta crucial. Aunque no lo admitiría abiertamente, Chishiya sabe que ella ha sido su salvación en más de una ocasión. —Estaba pensando que tal vez los ejecutivos podrían conseguirte otra habitación —habla después de un rato, con las manos en los bolsillos y una notable inquietud. La brisa nocturna agita ligeramente su cabello claro, y la tenue luz de la luna destaca los contornos de su rostro, revelando una expresión que raya entre la preocupación y la incomodidad. —Una en donde estés un poco más... cómoda.

Iryna comprende rápidamente a qué se refiere con eso, o más específicamente, a quién. Sus labios curvan sutilmente en una media sonrisa.

—No es tan malo después de todo —acota ella, con un semblante relajado, mientras camina a su par y observa los edificios como acostumbra. La arquitectura desgastada por el tiempo y la decadencia de la ciudad despiertan una melancolía palpable en el ambiente. Chishiya frunce el ceño, buscando entender las palabras ocultas en sus gestos.

—¿Te gusta? —suelta de golpe, y esta vez la extranjera no se inmuta en absoluto. Su mirada se encuentra con la de él, y en ese instante, la oscuridad parece ceder ante la intensidad de esos ojos.

—¿Niragi? ¿O la habitación? —pregunta burlona.

—Niragi.

—¡No! Quiero decir... no —suelta una risa melodiosa, bastante rasposa, pero casi indignada. El sonido flota en la quietud de la desolada calle, como un eco extraño que se mezcla con la atmósfera nocturna de Tokyo. El rubio asiente lentamente con la cabeza, sus ojos entrecerrados en una expresión pensativa, las manos aún resguardadas en los bolsillos de su chaqueta, mientras ella continúa hablando. —Él es un idiota, pero creo que tiene un lado apacible dentro de sí mismo —el rubio asiente con gesto reflexivo, como si estuviera sopesando las palabras en la balanza de sus pensamientos. La débil luz de un farol cercano apenas destaca los mechones dorados de su cabello. Su siguiente comentario resulta inesperado para ambos: