FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]

17

Iryna abrió los ojos lentamente, sintiendo la suavidad de las sábanas al estirarse en la cama. La conciencia de su propio cuerpo le revela que está a medio vestir: lleva únicamente un sujetador y unos shorts deportivos. Rápidamente se percata de que ha estado utilizando esta improvisada combinación como su ropa interior desde la noche anterior. Parpadea un par de veces, tratando de adaptarse a la luz de la habitación, y su percepción se agudiza al darse cuenta de la ausencia de Chishiya.

Mientras se recuesta sobre el respaldo, un flujo de imágenes comienza a reproducirse en su mente, como si fueran fragmentos cinematográficos de lo que había sucedido. Revive los besos del rubio, el momento en el que él la despojaba de sus prendas, sus dedos deslizándose por sus caderas y atrayéndola hacia él. Los recuerdos se centran en el instante en que él la poseía por completo, notando la delicadeza inicial que luego se transforma en una ferocidad apasionada.

Iryna parpadea varias veces más, intentando despejar su mente de estas imágenes íntimas que la invaden, causándole incluso un leve rubor. La habitación está sumida en un silencio profundo, solo interrumpido por el tenue resplandor de la mañana que se filtra a través de las cortinas entreabiertas. Mordiéndose el labio inferior, experimenta una mezcla de emociones abrumadoras: la excitación que aún perdura, el nerviosismo que se apodera de ella y un toque sutil de melancolía.

Recostándose nuevamente en la almohada, la castaña se lleva las manos a su cabeza, como si intentara retener los recuerdos dispersos. La velada aparece borrosa en su memoria, como si estuviera envuelta en una neblina etérea. La presencia de Chishiya, la proximidad compartida, la atracción palpable... todo parece ahora un sueño lejano que se desvanece con el amanecer.

Finalmente, se incorpora de la cama y comienza a vestirse con su ropaje usual. Mientras ajusta cuidadosamente sus vendajes, la puerta se abre, revelando la figura del muchacho, quien la observa con sorpresa antes de cerrar la puerta detrás de él.

—Te despertaste temprano —comenta, alzando ambas cejas en una expresión de asombro. Ella frunce el ceño al escucharlo.

—¿Temprano? —pregunta, su mirada reflejando la pérdida de noción del tiempo. 

Chishiya cierra la puerta con calma, deposita una mochila en la cama y comienza a extraer una variada selección de alimentos enlatados, paquetes de frutas deshidratadas, barritas de granola y, por supuesto, galletas integrales.

—Para ti, sí. Demasiado temprano. Ni siquiera hemos alcanzado el mediodía —anuncia mientras le tiende una lata de frutas, la cual ella acepta. —Esto se siente como haber ido de compras. —suelta con un suspiro.

—O como si hubieses asaltado un supermercado —comenta estoica, arqueando una ceja mientras lo mira. El rubio le responde con una mirada cómplice.

—Bueno, eso fue más o menos lo que hice —sonríe mientras le extiende un abrelatas que también había traído consigo. —¿Cómo estás? —pregunta con un toque de preocupación. Iryna desvía la mirada, evitando encontrarse con sus ojos, consciente de a qué se refiere él con estar bien.