Capitulo 22

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Un pequeño yoyo se posaba en sus manos, hace rato había estado algo activo, aunque eso no significaba que podía ponerse de pie, una aguja se encontraba incrustada en la posición lateral de su vena en la mano izquierda.

Sacaba su lengua a un lado mientras intentaba formar alguna forma extraña con el hilo del yoyo, luego fijo sus ojos algo distraído a una enfermera que ingresaba a la habitación.

—Tiene visitas. —Suspiro la cansada fémina de unos al parecer treinta y tres años, una interna aún estudiante por supuesto.

Detrás de ella al hacerse a un lado se vio a un Tom nervioso, con un ramo de flores, Edd cabeceo con cierta curiosidad, pero pronto sonrió débilmente.

Thomas frunciendo el ceño dió unos pasos atrás, unas pequeñas gotas de sudor se deslizaron por su mejilla.

—¡Métete tonto! —Edd soltó una risa leve cuando noto detrás de Tom la sudadera roja, perteneciente a Tord y como este empujaba al de azul y le murmuraba casi disimuladamente, pues Edd lo escuchaba bien, Tom, quien torcia la boca nervioso y abría los ojos repentinamente emitió un quejido algo dolorido.

Casi tropezandose, la enfermera a un lado suspiro rodando los ojos, cuando Tom se encontró en la habitación completamente, la de uniforme salió mientras empujaba a lo que parecía ser Tord y Matt.

—¡E-Edd!, ¿Cómo te sientes? —Se acercó tembloroso, un leve rubor creció en sus mejillas, el de verde suspiro mientras sacudía el brazo dónde estaba la aguja de gran tamaño, aunque débilmente.— Entiendo...

Tom bajo la vista preocupado.

—Perdon, no puedo hablar tanto, la garganta me duele un poquito. —Intento aclarar la voz tocando su garganta, luego notando la mirada apenada del de cuencas fijo la vista en las flores.

Y sonrió suavemente.

—¿Son para mí? —Cuestiono casi como si tuviera una lata de Cola en las manos, el de azul se sobresalto y asintio con las mejillas un poco más rojas, le extendió delicadamente mientras Edd ladeaba la mirada tomando el correspondiente ramo.

—¿Por qué...? —Llamo Tom ahora con un tono ciertamente decaído.— ¿Hiciste eso...?, Sabes que el alcohol no es tu fuerte.

Oh ahí iba la pregunta, ¿Por qué justo ahora? Edd sintió sus párpados decaer.

Su pelo se balanceo junto al movimiento de su cabeza, desvió la mirada y dejo el yoyo a un lado mientras apretaba las frazadas blancas del hospital.

—Adam... lo ahuyente, fue mi culpa. —Tom entreabrio la boca.— Tengo en claro que lo que le dije fue sumamente fuerte, pero me sentí culpable poco después, el es mi hermanito menor... yo lo quiero después de todo. —Su tono fue algo doliente.— Demonios... Era obvio que yo iba a ser el único recurso al cual acudiría y yo... yo lo tire como un perro, lo trate de la misma forma que menos quería, el solo me admiraba...

Su agarre se presiono aún más, aún si Tom no conocía todo el contexto se sintió algo dolido por el tono que poco a poco se rompía en Edd, como si fuese un vidrio quebrándose cada vez más.

—¿Por qué demonios me comporte así? —Dirigio ambas de sus manos a su cara, negando con la cabeza.— Soy su hermano mayor, debería cuidarlo, no... presionarlo como lo hice, pero es que... solo quiero que me supere y sea algo mejor de lo que soy yo ahora.

¿Que puedes decir para que una persona se sienta bien en estas situaciones? De todas las personas, Tom se considero el menos indicado, ya que ni el mismo sabía como tratar sus propios sentimientos.

No era el mejor para hacer esto, pero...

«Confia en tus palabras, si es Edd a quien quieres animar, estoy seguro que nada estúpido o doliente saldría de tu boca.»

Pequeños Favores Entre Rivales [Multiship]Where stories live. Discover now