Insatisfacción.

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Capitulo 1:

El sol cálido se asomaba por las ventanas de la habitación, la luces de noche estaban ligeramente encendidas. Se había dormido de una forma tan rápida que no había notado que no las apagó antes.

La noche anterior había sido un mar de emociones, había llegado a esta nueva escuela. Dejo del pequeño pueblo donde nació, lejos de su familia e incluso, pensó que en este momento estaría llorando.

Pero entonces entro por esa puerta viendo aquel chico de tan peculiar aspecto, mechones blancos y limpios. Con unas gafas de sol en un sitio cerrado.

Pero lo que le había llamado la atención era aquel olor

Era un olor extraño, como de Omega pequeño y sin reclamar. No podía ser suyo. No tendria sentido. Los Omegas no podían estudiar en la academia.

Así que cuando se levantó saludarme use mis feromonas para doblegarlo, si obedecía, tendría que reportarlo.

“Es un beta, dejalo.”

Beta.

Curioso, sus facciones eran demasiado delicadas. Manos delgadas y bonitas. Nunca había conocido un beta tan lindo.

Tenía que admitirlo, Satoru era precioso, no pudo evitar querer gruñir cuando el profesor Yaga lo llamo “idiota” lo fuera o no, su alfa interior quería proteger el corazón del Beta. ¿Por que? No estaba seguro. Pero era una necesidad.

Se decidió a confrontarlo. A decirle de quién era ese olor y por qué lo tenía.

¿Su Alfa estaba celoso?

Debe ser por el celo. Debe ser por el celo.

En realidad, si tenía su aroma. Pero no era de el. Ni de un amante o pareja. Era un niño pequeño que era importante para el. Un niño huérfano.

Curioso. El niño era demasiado pequeño, le preocupaba en gran medida que se hubiese desarrollado antes de lo normal. Podía tener algo genético o algo malo.

Pero esas ideas desaparecieron cuando abrió la puerta de la habitación de Satoru y observó cómo el y el pequeño niño dormían plácidamente, uno abrazando al otro.

Suguru iba a morir de ternura. No sabía si era por el bebé o por Satoru. Ambos se veían adorables durmiendo juntos.

Aunque si. A su alfa le había perturbado mucho tener un Omega tan cerca toda la noche. Pero pudo manejarlo, por que tenía otra cosa en mente.

Leche con coco.

Lo había olido. Era dulce y fresco, una sensación increíble le atravesó la piel, Dios sabía dónde estaba ese Omega que el necesita encontrar pronto.

Si cerraba los ojos todavía podía olerlo.

Pero ahora solo podía ver a Satoru. Con sus ojos cerrados y al pequeño Megumi en brazos.

Entonces comenzó a parpadear, despertando poco a poco, abrazo más a Megumi, como si de un reflejo de tratará.

Como si buscará protegerle de algo.

Blue Lights [Satosugu]Where stories live. Discover now