Choqué de realidad.

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Capítulo 11:

El humo del cigarrillo se colaba por las ventanas del cuarto, Geto estaba con la mirada perdida en alguna parte de la habitación, no sabía distinguir en qué lugar estaba, ni siquiera con quién. Si duda algo que debería tener más en cuenta en un momento como este.

La luna comenzaba a subir y con ella el calor del sitio, en lo único que no pensé Geto sobre el cumpleaños de Su Omega, era que hoy justamente comenzaría la luna de Alfa. Y con ello. La locura de todos los alfas de la escuela.

Y con ellos, el. Maldita sea.

Nunca se había sentido tan perdido. Cada vez sentía más frío. Se sentía más liviano y con menos ropa. Sin embargo su cuerpo era incapaz de reaccionar a sus propias órdenes.

Solo podía pensar una cosa.

—Satoru...

Su lindo cabello, su hermosa sonrisa que fue rota ante tan solo unas horas. Apenas había comenzado a llorar en este momento en tan solo pensar en el daño que le hizo a su corazón le hizo pensar quien estaba detrás de todo esto.

—Toji...hijo de perra...

Yuki se rió sonoramente, luego de tomarse las fotos con el cuerpo desnudo de Geto, revolvió su cabello quitándole la visión.

—Eres muy inteligente. Tienes razón. Todo fue su idea. En este momento, debe estar con Satoru. Pasando su celo.

Suguru explotó, tiró del cabello de la mujer tirándola a la cama. Yuki abrió los ojos sorprendida.

—Lo que hacen los celos...—Murmuro divertida.

—No dejaré que le haga nada...

—Ow, demasiado tarde. Bonito.

Su teléfono le dio enviar a las fotos que había tomado antes. A Geto se le pusieron los ojos de todos los colores.

—Que demonios haces...—Le arrebató al teléfono.

Las fotos eran suyas con los ojos cerrados por las drogas. Aún se sentía ebrio, y mareado. Pero pensar en Satoru era lo suficiente para mantenerse de pie un poco más.

—Se que le quieres...pero. ¿el podrá confiar en ti después de ver eso?

—No...tu...tu no, no lo harías.

La chica beta rió fuertemente, mientras moría el labio y se tiraba en la cama.

—Bueno, ya está hecho.

Satoru se abrazo a si mismo, mientras la ropa que tenia que cubría por debajo de los muslos, los moretones en sus brazos y piernas se veían morados y la sangre escurriendo por la marca que se había hecho esta mañana.

El corazón de Satoru se escuchaba en sus propias orejas. Sus rodillas flexionadas junto al cuerpo semi dormido del alfa cuya habitación era dueño.

Se miro al espejo con el corazón roto. No era capaz de levantarse. La luna había estado llena toda la noche y Toji había estado contento con hacerle saber lo mucho que le había hecho falta.

Blue Lights [Satosugu]Where stories live. Discover now