~Te Extrañaré~

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Los días pasaron y Tom no volvió, lo extrañaba...Claro que sí, pero por suerte ahora estaba intentando olvidarme de él y de todo lo que había ocurrido, como sea, ya había comenzado las clases nuevamente y me estaba enfocando en mis estudios como normalmente lo hacía, la semana pasó rápido, bueno...Menos las noches, en las noches me dedicaba a mirar fotos de Tom en internet y a escuchar las canciones de Tokio Hotel, en verdad me gustaban, eran bonitas y podría escucharlas horas y horas.

Como sea...El viernes había llegado,  por lo tanto, Tom volvería, Otis igual y me llevaría a ver a su familia.

Me encontraba en mi cuarto terminando de prepararme cuando oí el timbre, miré la hora y el miedo recorrió mi cuerpo, porque no, no era Otis, era Tom...Respiré profundo y me dirigí a la puerta, cerré mis ojos y la abrí lentamente, él entró como si nada y ni siquiera me observó, se acercó a la cocina y tomó mi taza favorita, pero no dije nada, me quedé callada y me dirigí nuevamente a mi habitación

*TOM*

¡Mierda! Pensé al no escuchar ni una palabra salir de su boca al ver que tomaba su taza, respiré hondo y me dediqué a hacer el café. 

Steph estaba radiante...Siempre lo estaba, lucía como una chica preciosa de diecisiete años y aunque yo tenía veinte, esa niña me volvía loco y me volverá loco hasta el día de mi muerte.

*STEPHANIE*

Terminé de arreglarme, miré la hora nuevamente y en tan solo unos minutos llegaría Otis, fui hacia la sala de estar y tomé asiento en el sofá esperando por él, los minutos pasaron y el timbre sonó. Miré a Tom y él solo me miró por unos pocos segundos, así que me puse de pie y caminé hacia la puerta, tomé la manija y cuando la abrí, Otis estaba allí de pie, mirándome con una sonrisa extremadamente grande

Como si de verdad estuviera feliz de verme...

Lo abracé tan fuerte como pude y besé su mejilla

—Te extrañé, bonita

—Yo igual...— nos soltamos del abrazo y se dirigió a Tom, ambos se saludaron amablemente y Otis comenzó a hablar con él en alemán, no entendía absolutamente nada hasta que comenzaron a hablar en inglés nuevamente

—¿Se ha portado bien, Steph?— cuestionó Otis tomándome por la cintura, ¿pero quién se cree que soy? ¿su mascota?

—Mejor de lo que podría haber imaginado, Otis...Ella es muy amable y gentil, no he tenido problemas para nada— respondió Tom. Y más le valía decir eso porque sería capaz de contarle a Otis todo lo sucedido en esas casi tres semanas 

—Me alegro de oírlo, aunque, me lo esperaba...Ella es la mejor— dijo y besó mi mejilla. Sonreí gentil y Tom nos miró a ambos

—Bueno...Me iré, nos vemos pronto— dijo Tom y sus palabras fueron como una apuñalada a mi corazón, pero aún así sonreí al igual que Otis 

—Iremos al show de mañana, así que...Nos vemos mañana, Tom— dijo Otis y sonreí al oír sus palabras

—Perfecto, nos vemos mañana— esas fueron las últimas palabras de Tom antes de salir de la casa. 

Por más que nos veríamos mañana yo lo iba a extrañar demasiado...

Te extrañaré, Kaulitz

*TOM*

Salí de la casa y la furia inundó mi ser, verlos abrazados, besándose, sonriendo...Me generaba odio, odio hacia Otis...Ese idiota no la trataba como ella lo merecía y aún así ella estaba detrás de él...Odio hacia Stephanie, sonreía como si no hubiera metido uno de mis dedos dentro de ella, sonreía inocentemente, como si nada hubiera pasado.

Te extrañaré, Collins

*STEPHANIE*


Otis se giró hacia mi y su mano me acarició hasta llegar a mi cabello, lo tomó con su mano y comenzó a jalarlo violentamente

—¿Te pintaste el pelo?— asentí con miedo en mis ojos

 —Se te ve horrible, Steph— jaló mi pelo hacia abajo y se fue hacia nuestro cuarto, las lágrimas comenzaron a salir, las sequé rápidamente y me fui hacia el baño.


(. . .)

El sábado llegó, era de noche y estábamos en camino hacia el show de los chicos. Al llegar, nos dirigimos hacia los camerinos, Bill, Gustav y Georg llamaron a Otis para charlar, pero me pidieron que me quedase en uno de los pasillos donde estaba otro camerino. Me quedé allí parada esperando a que terminasen de hablar, cuando una de las puertas se abrió y una mano fuerte me tomó por la muñeca, haciéndome entrar bruscamente hacia el cuarto, jadeé asustada y vi a Tom frente a mi, sus ojos mirando directo a los míos, un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir sus manos agarrándose firmemente en mi cadera

—Necesito besarte...— declaró 

—Hazlo— respondí y sus labios se chocaron con los míos, era un beso apasionado y hambriento. Tom rompió el beso para que ambos respirásemos y sus besos bajaron hacia mi cuello, jadeé al sentir su lengua tibia pasar por mi cuello y bajar hacia mi clavícula, una de sus manos atrapó uno de mis pechos y comenzó a acariciarlo como se le daba la gana, me miró a los ojos y me dio un rápido pero dulce beso en los labios 

—Dímelo, Stephanie...¿Amas más a Otis que a mi?— no respondí, sin embargo no corté el contacto visual 

—¿Él te hace sentir lo mismo que yo?— su respiración era lenta y pesada, sus ojos bajaron a mis labios 

—¿Él te besa igual que lo hago yo?— moví mis labios intentando responder pero no pude decir nada 

—Mierda...Dímelo Stephanie— su voz ronca hacía que mi entrepierna se moje cada vez más mientras su mano subía y apretaba mi cuello sin cortarme el aire

—No...

—¿No qué, pequeña?

—No amo más a Otis...No me hace sentir lo mismo que tu y mucho menos me besa igual que tu

—Eso era lo que quería escuchar— sus labios atraparon los míos en un beso lento y profundo, lleno de deseo y lujuria, aunque sabía que esto estaba mal porque mi novio se encontraba a unos metros de nosotros, quería seguir. 

—Te follaría aquí mismo, Stephanie— lo miré a los ojos fingiendo inocencia  

—Pero no hay tiempo...Tengo que salir al escenario— dijo mirándome a los ojos y besó nuevamente mi cuello

—Solo quiero que hagas algo, Stephanie...Cuando me folle a mi guitarra frente al público, imagina que la guitarra eres tú y que estoy follando tu coño virgen, ¿me entiendes cielo?— su voz dominante y posesiva hizo que mis piernas temblaran, aún así, asentí sumisa ante él. 



Fuera De La Ciudad - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora