~Pequeño Sótano~

856 84 4
                                    

Se hicieron las tres de la mañana y yo aún seguía en un estado de shock, aún no podía creer lo que había sucedido unas horas atrás.

Me puse de pie y salí de la casa, me subí al coche al ver que Tom se había ido probablemente a pie y me había dejado allí el coche.

Al llegar a casa de Otis vi una notita en la puerta de casa

"Ve a casa, cielo, me quedaré en casa de los chicos y volveré mañana en la noche, te quiero"

Tomé la puta notita y la tiré al suelo, entré a la casa y tomé mis cosas para largarme, me subí al coche nuevamente y me dirigí a casa, al llegar llamé a Tom por teléfono

—¿Todo bien?

—Tom...Te necesito

—¿Dónde estás?

—En...En casa, por favor ven...Por favor, Tom 

—Estoy allí en veinte minutos, espérame bonita

Colgué la llamada y me recosté en la cama, suspiré profundo esperando a que llegara, luego de unos veinte minutos escuché la puerta, me puse de pie y fui allí, la abrí y Tom estaba ahí parado frente a mí, cerró la puerta detrás de él y comenzamos a besarnos, eran besos dulces, sin otras intenciones.

Fuimos a mi cuarto y nos recostamos en la cama, lo abracé y seguí besando su hermoso rostro de manera dulce y tierna, él me acercaba más a él y me abrazaba más a él, nos besamos un largo rato hasta que quedamos dormidos, al otro día nos despertamos y Tom tuvo que irse a un ensayo. 

La puerta sonó y Otis entró, lo miré con terror y él se acercó a mi, besó mis labios y yo no reaccioné, al parecer a Otis no le importó nada y comenzó a ordenar sus cosas

—¿Quién es Katie?

—¿Disculpa?

—¿Quién es Katie? Responde. 

—Una amiga, cálmate

—No me calmo una mierda, dime quien coño es esa puta, Otis ¡Dímelo ahora!— Otis no lo dudó y levantó su mano pegándome una abofeteada que nunca había recibido por su parte

—Pasado mañana es tu puto cumpleaños, te portarás bien y si se me da la gana, te diré quien es Katie luego de tu cumpleaños, ¿entendido?— mis ojos se llenaron de lágrimas

—¡¿Entendiste, o no?!

—¡Deja de golpearme!

—¡¿Disculpa maldita perra?!

—¡Perra tu abuela, maldito nazi!— se acercó a mi violentamente y me agarró del cuello, me estampó contra la pared y dijo

(LES RECOMIENDO PONER "So What" DE PINK EN ESTA PARTE)

—Me voy, vuelvo para tu cumpleaños y más te vale ser buena niña en tu cumpleaños, ya no tienes cinco años, tienes diecisiete, maldita imbécil. Actuaremos como la pareja perfecta y luego de tu puto cumpleaños me iré para no volver, ¿entendido?— asentí sin protestar y él soltó su agarre, me dirigí hasta nuestro cuarto y tomé mis cosas, caminé hacia el cuarto de invitados, el cuarto donde Tom dormía antes, me metí al cuarto y comencé a gritar, llorar y golpear, luego de un largo rato me recosté en la cama, mi mirada se dirigió a una camiseta negra sobre una silla, la tomé y me di cuenta que era una camiseta de Tom, me recosté y la abracé, comencé a llorar sobre ella pero la ira aún no se me iba, decidí hacer algo que nunca pensé que iba a hacer alguna vez

Me dirigí hacia el pequeño sótano que había debajo de nuestra casa, allí había un montón de cosas viejas de la familia de Otis, por lo que decidí romperlas.

Tomé un cuadro antiguo de su abuela y comencé a golpearlo mientras lo rompía, tomé botellas y las estampé contra las paredes, encontré fotos mías con Otis de pequeños y las rompí, no quería que quede absolutamente nada sobre mi relación con Otis.

Encontré el primer regalo que Otis me hizo que se trataba de una pequeña alcancía de porcelana. Tomé un bate de beisbol, deporte que Otis practicaba de pequeño y comencé a golpearla varias veces hasta que solo quedaron pequeños extractos de porcelana.

Con el bate seguí golpeando botellas, fotos, regalos, cajas, el suelo, las paredes, me sentía enojada y quería que se note, quería que todo esté completamente roto, no me importaba si Otis se enojaba y me mataba, quería romper todo y eso hice.

—¡Stephanie!— oí la voz de Bill detrás de mi, corrí hacia él y lo abracé con fuerza aún llorando hasta que sentí más brazos abrazándome, luego de unos segundos me alejé y vi a Mathew, Olivia, Bill, Gus, Georg y Tom mirándome, mi alemán favorito no lo dudó y me tomó por la cintura, me abrazó con fuerza y lloré en su pecho.

(ACÁ YA PUEDEN QUITAR LA CANCIÓN)

Luego de unos segundos caminamos hacia la sala de estar, me recosté en el sofá y los chicos me miraron

—¿Qué hacen aquí?

—Otis dijo que te volviste loca y bueno, Bill nos llamó a todos para que viniéramos a verte— dijo Gustav

—Gracias por venir aquí...— Tom se sentó a mi lado y acarició mi mejilla, luego su mirada se dirigió a mi pecho

—Otis te golpeó, ¿no?— asentí 

—Pero...Él dijo que volverá para mi cumpleaños...Pasado mañana— todos me miraron y asintieron, miré a Tom a los ojos y noté las ganas que tenía de besarme, no puedo mentir que yo también tenía ganas de besarlo, por lo que ambos dirigimos la mirada a nuestros labios, relamimos los nuestros y sin dudarlo me abalancé sobre él, besándolo con pasión, mientras él me tomaba por la cintura yo tomaba su rostro profundizando el beso, de manera rápida terminé sobre su regazo, aún besándolo, no me importaba quienes estaban detrás, necesitaba besarlo, necesitaba los labios de él sobre lo míos...Lo necesitaba, luego de unos largos segundos nos separamos respirando pesado y nos dimos cuenta como todos los presentes nos miraban en shock, menos Georg y Olivia quienes comenzaron a aplaudir, haciéndome reír a mi y a Tom

—Acabo de presenciar un acto ilegal— dijo Mathew en shock, Tom lo miró a los ojos

—Pasado mañana cumplirá dieciocho, no es del todo ilegal

—Pero esto viene sucediendo hace casi un mes— dijo Georg, Tom y yo nos giramos hacia él

—¡Georg!— gritamos al unísono

—¿Qué? Estoy diciendo la verdad

Todos comenzamos a reír.

Y ahí es cuando me di cuenta que, había encontrado a las mejores personitas de mi vida.

Fuera De La Ciudad - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora