en lo de damián

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—Hola Damián!—exclamó a lo lejos Roberto agarrado del brazo de Topo.

—Hola chicos! ¿Cómo es que llegaron? Si es que todos dicen que es lejísimo, je.—dijo Damián.

—Che, estamos a dos minutos. Es más fácil.—dijo Topo.

—Yo vivo a una hora, solo que tú me llevaste.—comenta Roberto.

—Bueno ya entre chicos.—dijo Damián, acto seguido abre la puerta. Procedieron a entrar todos.

La casa de Damián era grandísima : era como una mansión como la de Barbie pero con toques masculinos obviamente.

—Traje para asado, ¿van a querer? Pregunto porque siempre que traigo casi nunca quieren.—dijo Roberto, ya una vez dentro de la casa de Damián. La verdad es que sí : Roberto se esforzaba por satisfacer a sus amigos, pero la gran mayoría de veces no lo conseguía, y lo ponía triste.

—Yo sí quiero.—respondió con una sonrisa Topito. (me lo IMAGINÉ sonriendo, q bonito la csm)

—Yo igual. Aparte me quedé con las ganas de probar tu asado la vez pasada.—dijo con ansias Damián.

Por fin logro hacerlos feliz, se decía Roberto.

—Bueno, en unos 20 minutos está listo.—respondió ante todo nuestro Tito.

Mientras tanto, Damián y Topo se encontraban charlando.

—Damián, te enteraste que Roberto...—decía Topo, hasta que lo interrumpió Damián.

—¿Ya no está con Laura? Sí, me lo dijo ayer en un mensaje de voz. La verdad Laura nunca me dio buen augurio. Siempre le veía algo malo a esa mina no sé porqué. Bueno, Roberto ya se merece probar carne fresca.—aportó Damián.

—Che, estás en lo correcto en serio. Roberto...—estaba a punto de decir que se enamoró de Roberto, hasta que  Roberto trajo la bandeja de madera con carne jugosa y recién preparada en la parrilla.

—¿Que yo qué?—preguntó con  buen humor Tito.

—... Que tú eres un gran amigo.—dijo, con sonrisa nerviosa, Topo.

—Tú igual Topolino.—sonrió. Damián no dudó ni un segundo que estos dos se enamorarían.—Bueno acá está la carne.—dijo mientras sonreía y ponía la tabla en la mesa.

Pasaron los minutos y las horas y ya había llegado la noche. Roberto y Gustavo tenían que ir a sus casas porque mañana tenían ensayo a primera hora de mañana.

—Bueno Damián, ya nos vamos.—dijo Topo al ver la hora.

—Gracias por acompañarme hoy ustedes dos. Hace rato quería que vinieran, pero después de los acontecimientos que habían en la banda, no los quería molestar.—agradeció Damián.

Sonrió Roberto como signo de agradecimiento y marchó con Topo a sus hogares.

Amor A Muerte [EN EDICION] Where stories live. Discover now