la cita (cuarta parte)

131 8 4
                                    

Se quedaron unos segundos mirándose fijamente a los ojos.

Hasta que por fin la respuesta llegó.

—Sí, si quiero estar a tu lado, Roberto.

Y vinieron los besos.

Los besos eran como una manera de agradecer a su pareja para Roberto.

Aunque también una forma de demostrar cariño o importancia hacia una persona—para Tito—es hacerle regalitos (basta yo soy como Roberto, yo sé que fui él en el pasado) a esa persona especial.

—Bueno, creo que ya hay que ponernos la ropa. Mañana hay ensayo.—dijo nervioso Gustavo. Aún no creía que tenía su primer novio.

Cuando terminaron de colocarse la ropa, a Roberto no se le ocurrió mejor idea que abrazar por atrás a su novio.

Gustavo se sintió raro pero a la vez muy cómodo al estar tan cerca de Roberto—basta que wea—, por fin ya consiguió lo que quería.

Pero... Había un problema que no conocía Gustavo: Roberto no dejaba de pensar en Laura.

Laura había ocupado el cerebro completo de Roberto y la extrañaba cada noche.

Pero mientras no se lo confiese a Gustavo, todo bien.

Aunque debería ser malo, porque está ocultando algo que es serio.

Porque él, desde que conoció a Laura, siempre ha conservado una dependencia emocional hacia ella. Por eso la noche que se suponía, SE SUPONÍA que la había olvidado, lloró como nunca antes lo había hecho.

Ay, corazón, ME MUERO POR VOLVEERR.

Pero, mientras lo disimulase, TODO BIEN...

Amor A Muerte [EN EDICION] Where stories live. Discover now