dudas

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Pasaron los primeros 6 meses de relación entre Roberto y Gustavo, y todo marchaba bien. Sus citas y encuentros íntimos eran perfectos y de ensueño.

Hasta que, la primera sospecha llegó a Gustavo.

Un día común y corriente, Gustavo faltó a las prácticas de la banda porque de sentía enfermo, y Roberto de quedó en la casa hasta el mediodía y después se marchó a las prácticas. Se despidió de manera un poco distante con él.

Gustavo se quedó normal en la cama hasta que el viento empezó a ser fuerte.

No dudó un segundo en acercarse a la ventana para cerrarla un poco, pero cuando lo hizo escuchó que se cayó algo cerca de él.

Oh no...

Mierda.

Era el diario de Roberto donde escribía sus pensamientos más íntimos. Y lo peor fue que la libreta cayó en una página donde hablaba sobre Laura SABIENDO QUE ESTABA CON GUSTAVO.

Gustavo fue a ver la libreta, dudoso y extrañado porque Roberto le juró que no escondía nada.

Obviamente se enojó mucho, y leyó algunas páginas, las cual decían:

No sé como decirle a Topo que sigo pensando en Laura, porque se supone que yo, Roberto Musso, ya la olvidé. Me siento estúpido y tonto aunque no me haya juntando con ella aún. Siento que no me merece. Él se merece algo mucho mejor que yo.

Creo que debo de estar con él unos meses más y luego irme con Laura, pues ella me ha estado confesando cosas que hicieron que mi corazón lata a mil.

Oh no, ¿Qué estoy haciendo? Si me vuelvo a juntar con ella aun estando con él, seré un infiel de mierda. Y yo no soy así.

Debo pensarlo más, no puedo quedarme así. Si lo llega a ver él, estoy listo.

... ¿QUÉ MIERDA?—gritó entre sollozos.

Gustavo no quiso hablar sobre eso y llevó la libreta a su lugar respectivo.

Aún así, se sentía rechazado y herido.

Y sobre todas las cosas, traicionado.

Otro suceso parecido a este ocurrió un mes después, cuando Roberto un día común y corriente fue a un kiosco pues hacía calor y quería una Coca Cola helada.

Pero este no había llevado su celular, y como era medio estúpido, lo dejó abierto en la aplicación de notas.

Gustavo no quería ver su celular, pero la curiosidad mató al gato, y esta vez el gato era él. Se encontró con declaraciones fuertes y subidas de tono, tales como: "Quiero hacerte un hijo más, Laura" o "Regalame tu cuerpo para tocarlo".

Gustavo ya no quería más sufrimiento, pero no sabía que venían más cosas, no solo de Roberto, sino de él sentimentalmente.

Estaba teniendo una dependencia emocional hacia Roberto.

Amor A Muerte [EN EDICION] Where stories live. Discover now