"¿Qué está causando el aumento en el número de mosquitos este año?"
"Estamos aquí con el autor y especialista en mosquitos Mr. Moscafetish"
<Gracias por invitarme>
<Desafortunadamente, este año los mosquitos son una especie completamente nueva... así que no tengo idea>
"Lárgate."
"ejem... discúlpenme. Ahora, vayamos a..."
Izuku: eh, ¿también incluye Musutafu?
Izuku: no puedo lidiar con esta ola de mosquitos...
Izuku (pensamiento): ahora que me rechazaron de la escuela de héroe... creo que debería buscarme algún trabajo, no quiero ser una carga para mamá
El peliverde caminaría hacia la terraza con una regadera. Mientras les daba agua a sus plantas, pensaba que iba a hacer hoy día.
Izuku (pensamiento): mamá ha ido de compras a otra ciudad, así que...
"interrumpimos este programa con noticias de última hora"
"Un gran enjambre de mosquitos ha caído sobre la ciudad de Musutafu. Están llegando reportes de ganado momificado."
"Si llegan a encontrar el enjambre de mosquitos, por favor..."
"Evacuen."
Mientras que la ciudad lidiaba contra un nuevo enemigo, Izuku Midoriya, también tendría una batalla personal muy parecida.
Un enemigo con el cual la humanidad se enfrentó desde tiempos inmemorables.
Los mosquitos.
Uno de estos individuos poso su cuerpo en la mano del peliverde.
Izuku dio un golpe a su propia mano, causando que se creara una pequeña ventisca la cual se llevó consigo la ropa de alguno de sus vecinos.
Este simple golpe podría haber acabado con la mayoría de los insectos, incluso desmayados a hombres más grandes que él.
Pero...
Era de un mosquito de quien estábamos hablando, como si no hubiera sido gran cosa, el mosquito siguió volando mientras rodeaba a Midoriya.
Izuku empezó a aplastar al mismo haría, creando pequeños sismos en su edificio, pero el mosquito era más rápido.
Después de jugar un rato con Midoriya, poso su cuerpo en la cien de éste.
Izuku, ya furioso, golpeo su rostro con tal fuerza, que los residentes de su edificio salieron para ver lo que era.
Cuando observaron que las calles estaban vacías, volvieron a meterse.
Izuku dejo la regadera en el suelo con sutileza mientras se movía lentamente hacia el mosquito que aún no había muerto.
Izuku se movía a una increíble velocidad para perseguir al mosquito, pero nada que podía.
Era un enemigo verdaderamente terrorífico.
Los aplausos que Izuku hacia, creaban ventiscas y pequeños temblores por todo el lugar.
Mientras que Izuku seguía luchando contra su enemigo, la ciudad estaba en un completo silencio, nadie salía de sus casas, estaban con miedo por terminar completamente secos.
