Genos se mantenía de pie frente a la puerta del departamento de Izuku, sintiendo una tensión en el aire. A pesar de su determinación, estaba bastante nervioso. Tras inhalar profundamente y soltar un suspiro para calmarse, finalmente tocó la puerta, preparándose para lo que pudiera venir.
Genos: ¡Sensei!
Genos escucho unos estruendos que venían dentro de la casa, el estruendo llego a la puerta y abriéndola lentamente, se encontraba una mujer peliverde.
Inko: ¡oh, tu debes ser el amiguito de Izuku!
Inko: me conto de ti, pasa el saldrá en un momento
Genos: ¡s-si!
Su voz se quebró, los nervios habían incrementado al conocer a la madre de su maestro.
Cuando entro a la casa, encontró un lugar demasiado limpio, como si hubieran limpiado hace nada.
Inko: ¡Izuku, tu amiguito está aquí!
Izuku grito desde su cuarto.
Izuku: ¡mamá, te dije que no debías abrir la puerta si-!
Inko: ¡¡no seas descortés y ven aquí!!
Izuku: ¡pero...!
Inko: ¡nada de peros!
Inko: ejem, discúlpalo ahora viene
Genos: s-sí, no se preocupe
Inko: bien, los dejo solos, ¡voy a ir a hacer unas compras!
Inko dejaría la casa. El ambiente se volvería incomodo, ninguno de los dos decía una palabra.
Genos camino hacia la habitación de Midoriya y hablando desde la puerta.
Genos: Sensei
Izuku: ¿podrías dejar de llamarme Sensei?
Genos: ¡Shisho!
Izuku: tampoco Shisho
***
***
Ambos chicos se encontraban sentados en la mesa de la sala, Izuku le había entregado un vaso de té como cordialidad.
Izuku: termina tú bebida y vete a casa. No estoy buscando un aprendiz
Izuku (pensamiento): además tú eres más mayor que yo...
Izuku: hm, ¿No estabas terriblemente lastimado?
Genos: sí. La mayor parte de mi cuerpo está hecho de máquinas, repararlo es rápido
Izuku: oh, eso es nuevo. Oye, dime ¿Cuál es tú quirk?
Genos: ¿mi quirk? ¿Sensei, te gustaría saber mi historia?
Izuku: ¿eh? No, así estoy bien...
Genos: Hasta hace cuatro años, yo era un humano normal sin algún quirk, hasta los 15 años
Izuku: ¿escuchaste lo que dije?
Genos: vivía pacíficamente con mi familia... en nuestra esquina feliz en este mundo. Pero un día, un androide arrasador atacó nuestro pueblo. Si tuviera que adivinar, diría que algo salió mal con el proceso... y él se volvió loco. Destruyo todo en su camino. Parques, escuelas, edificios, mi casa y mi familia... Milagrosamente yo sobreviví. Un débil quinceañero solo en una ciudad en ruinas. Yo estaba en mi último suspiro. Fue entonces cuando apareció el doctor Stench. Un científico que buscaba la forma de detener al androide. Ahí fue cuando le pedí al doctor Stench... que me realizara una operación modificadora. Y entonces renací como un androide de la justicia. Le prometí a doctor Stench que algún día destruiría a ese androide.
