13.

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Luz

Finalmente el dia de la fiesta de Skara había llegado, y con ello, planes de venganza masivos y elaborados por semanas con planos y todo.
Era difícil saber quiénes estaban más emocionados, si las plásticas o Willow, Gus y Luz, pues todos esperaban ese dia con ansias.

—Hola princesos, se ven bien.—la morena miró a sus amigos con una sonrisa alegre por verlos, estaban en la casa de Willow

Y si, se veían muy bien, Gus portaba una camisa manga larga azul oscura con un moñito negro y de la cintura para abajo, su pantalon y zapatos eran negros, iba guapo.

En cuanto a Willow, ella llevaba un vestido verde esmeralda sencillo, se habia rizado un poco el cabello y cambio sus lentes, llevaba unos zapatos casuales, era simple, pero se veía hermosa.

—Gracias Luz, tú te ves increíble.—dijo Willow y su amigo concordó con ella, ambos mirándola  de pies a cabeza.

Ella no iba en vestido, pero iba elegante como la invitación lo pedía; llevaba unos pantalones morados un poco holgados y un saco del mismo color, arremangado hasta los codos para su propia comodidad, usaba una camisa blanca que se convinaba con el resto de su traje y para finalizar, una corbata color lila. Y tenis, claro, ella nunca dejaría sus tenis.

Y en cuanto al peinado... no se complicó mucho la vida y solo lo peinó a como pudo hacía atrás sin dejarlo tan liso, de hecho se le onduló por detrás, dejando unos mechones rebeldes por su frente.

—Si, estas muy elegante, quiza demaciado para una fiesta como la de Skara.—señaló el moreno cruzado de brazos, el pensó en ver a Luz asi de elegante en la boda de Willow o la de ella, por que el no pensaba casarse.

—Hoy es una noche importante, ¿Recuerdan?—recordó la latina con una sonrisa complice a sus amigos, quienes claramente sabían de que hablaba.

—Claro que si, Luz, y deberiamos irnos ya a la fiesta, para llevar a cabo todo.—casi que fue una orden, pues la pelinegra tomó su bolso diminuto de mano y se encaminó a la puerta.

—Uy, como ordene majestad.—ambos morenos se rieron y siguieron a su amiga que, se veía muy segura de si misma esa noche.

—Papá, papi, ya estamos listos.—le dijo la de lentes a sus padres, quienes miraban la tele tranquilamente en la sala.

—Se ven muy bien niños.—el señor Gilbert les sonrió mientras se levantaba para tomar las llaves de su auto.

—En especial tu, plantita.—Harvey abrazó y lleno de besos la mejilla de su hija, quien se dejaba besar de el con todo el gusto del mundo.

—Gracias papás, es una fiesta elegante al fin y al cabos.—remarcó Willow, soltándose de su padre y sonriéndoles.

Después de un poco de plática por parte de Harvey, se encaminaron hacia la casa Skara Shiftwell. Nadie podía perderse en el camino, era en una parte distinguida de la ciudad y desde 5 cuadras a la distancia se veían las luces exageradas que pusieron en la entrada al patio principal.

—Wow... si parece más un concierto que una fiesta normal.—el padre de Willow estaba muy al tanto de la fiesta y lo que pasaria en ella, salvo por el pequeño plan de su hija y sus amigos.

—Sip, bueno papá gracias por traernos—Willow se inclinó hacía la mejilla de su padre desde el asiento de copiloto para darle un besito en agradecimiento—, te llamaré cuándo ya sea hora de irse.

DelincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora