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Luz

Seguía sin creerse que desde el día que fue al parque de diversiones, no había visto a Amity. Ni en la escuela ni en ninguna otra parte, no le respondía los mensajes y era como si nunca hubiera existido. De hecho hasta le preguntó a sus amigos si conocían a Amity Blight, para asegurarse de que no era parte de su imaginación.

O quizá no la había visto porqué se la pasaba en el auditorio de Hexide, charlando con la profesora Terrace. De vez en vez hablaban de series animadas, de música, la política y pensamientos profundos. Era casi como una psicóloga pero a la vez no.

Pero no se iba a quedar con los brazos cruzados, ella iba a buscarla y afortunadamente, las porristas tenían horarios muy convenientes para encontrarla sola y poder hablar bien con ella.

Los entrenamientos eran en la tarde, más o menos de 5:00 p.m. a 7:00 p.m. y eran horas perfectas para salir. En uno de los tantos entrenamientos fue a uno que caía en sábado y se había cancelado luego de que la entrenadora quedó atrapada en el tráfico y se hartó.

Por primera vez no tenía que mover los hilos para tener todo a su favor. Histórico definitivamente.

Amity Blight iba por el pasillo vacío de la escuela, rechistando por haber ido y que le cancelaran de último minuto.

Daba pisotones como la niña enojona que era, y a Luz le divertía escuchar eso desde fuera de la escuela pues asi sabía que la chica se aproximaba cada vez más. Cuándo la peliverde salió del edificio ni se percató de la morena que estaba recargada en la pared justo al lado de la entrada a Hexide, así que tuvo que llamarla.

—Blight—no hubo necesidad de gritar ya que no estaba tan lejos, y volteó al instante, con una expresión aterrada—. Hasta que te veo. ¿Podemos hablar?

—Noceda—al parecer trataba de asimilar que estaba hablando con ella nuevamente—. Ya estamos hablando y ya me tengo que ir.

No tartamudeó en lo más mínimo, pero juraría que trataba de evitar la situación.

—Son las 5:05, Amity—comentó irónicamente haciendo enrojecer a la chica, y acorralándola—. Oye, ¿Quieres ir a la casa abandonada? Compraremos tus papas favoritas.

—Lo siento, Luz. Tengo que estudiar para unos exámenes y-

—Por favor Amity—no era usual en ella tener que recurrir a una suplica, pero esto ya no era un plan perfectamente calculado—. Te extraño, princesita.

La ojos dorados hizo un quejido y frunció las cejas, rendida y sonrojada. Claro que iba a decir que si a cualquier cosa en la que Luz la llamase "Princesita".

—¿Y tu moto?

La latina sonrió feliz y tomó la mano de Amity para llevarla a su motocicleta. Le dió un casco rosita que había comprado única y exclusivamente para ella y al parecer le encantó, sus ojos brillaron al verlo y se lo puso con cuidado de no despeinarse.

—Agárrate bien, Blight.—ya estaba prendiendo la moto y su sonrisa se amplió al sentir el agarre de la peliverde en su cintura, y su cabeza ladeada recargada en su espalda.

No estaban tan lejos de una tienda cercanac pero por simple capricho decidió ir a una que estaba un poco lejos con tal de seguir sintiendo el agarre de Amity. Compraron la botana que sería sólo para ellas y fueron a su destino principal, la cámara del olvido de Luz.

DelincuenteWhere stories live. Discover now