23.

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Amity

—Vamos Blight, solo 1 cita.

Era un lunes, hacia frío, estaba en una clase de deportes y Nate no dejaba de insistirle en salir a alguna parte. No estaba en el mejor humor del mundo.

—Hollman, ya te dije que no voy a salir contigo—dejó sus estiramientos de lado y puso sus manos en su cintura, mirando al chico—. No tengo tiempo para una relación, lo siento.

—Eso dices todo el tiempo.—reprochó como un niño pequeño, empezaba a irritarla más.

—Es la verdad Hollman, y eso no deja de ser. Además, no tengo ningún interés en salir con alguien que pelea como un salvaje.

—Oye, si te refieres a lo de Noceda, ella fue la que me retó. No es mi culpa.—para mala suerte de Nate, ella ya tenía favoritismo entre el y Luz.

—¿Y estabas obligado a aceptar? Yo no se que educación te dieron tus padres, pero tu permitiste que esa pelea sucediera en lugar de solo evitarla.

—¿Estás defendiendo a la rarita?—puede que alzara un poco la voz, sino hubiera sido así no todos hubieran volteado a ver la escena.

Y gracias a Dios que la entrenadora hizo sonar su silbato, estaba acorralada con esa pregunta y ya quería irse a sus otras clases.

Después de esa clase fue directo a la siguiente, sabiendo que en esa clase le tocaba estar con la morena con una distancia de un par de asientos. Escribió la fecha y preparó todo para empezar con el tema, de acuerdo a como iba el libro ya tenía en mente cual sería el título de su trabajo.

Pero todo eso era una forma de fingir demencia, cada tanto miraba hacia la entrada del aula esperando ver a la que ahora, era su novia.

Y llegó hablando con Park sobre una pijamada en la casa de la pelinegra, planeaban que hacer y pasaron justo a su lado, disimuladamente ambas hicieron contacto visual y pudo ver cómo la sonrisa de la castaña se hacía más amplia al verla. Fue un momento muy fugaz.

Y después de ella llegó la triste realidad, Boscha. No quería ser muy cruel pero no tenía ganas de hablar con ella, sólo quería estar con su novia.

—Minimo finge que te alegras de verme, Amity.—bromeó sin saber que había mucha verdad en su boca.

—¿Hiciste la tarea?

—No, me estoy concentrando más en el equipo de Rugby.—mientras que la pelirosa sacaba sus apuntes y sus plumas, ella ya había terminado su título.

—De nada te servirá entrenar si tienes malas calificaciones. Recuerda que si tú promedio baja, te sacarán del equipo.

Cualquier cosa que le dijera para ayudarla mínimamente, se le era devuelto con reproches y muchas excusas de su comportamiento irresponsable. Ya le era más fácil asentir y hacer como que escuchaba.

No supo que dijo pero Boscha salió del salón. Y tomó la oportunidad para tomar su teléfono y sacarse unas cuántas fotos. Las redes sociales también importaban.

En el fondo podía ver claramente a Luz, hablando feliz y sin siquiera haber sacado su cuaderno. Casi le daba un paro cardiaco al ver la mirada fija de la morena en el celular aún estando un poco lejos, pero le hizo sonreír ver cómo hacía caras gracias y alzaba la mano ligeramente para saludar. Tomó una ráfaga de fotos impresionante.

DelincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora