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Amity

¿Quieren un consejo de Amity Blight?

"Si vas a contarle tus problemas amorosos a tus hermanos mayores, prepárate mentalmente para ser victima de burlas y bromas".

Eso es lo que le hubiera gustado escuchar antes de contarle a sus hermanos que había besado a Luz Noceda el día anterior y que para rematar, había escapado de la situación cómo una cobarde

Estaban en el hospital "visitando a Edric". Quien estaba muy feliz por faltar a la escuela gracias a la enorme ansiedad que sentía su madre al pensar que el estaba grave de salud o algo por el estilo. Ninguno se quejaba, pero era un poco aburrido estar en una camilla casi enyesado.

Su madre era un poco exagerada.

—Oye mittens, el beso era en la boca—comentó aun riendo Emira—. ¿Cómo pudiste fallar? Si ibas a escapar de la escena mínimo hubieras apuntado a los labios.

—¿Y tu que hubieras hecho en mi lugar?—preguntó molesta y roja, cruzándose de brazos y mirando la sonrisa coqueta que empezaba a aparecer en el rostro de su hermana.

—No te gustaría saberlo.—fue lo único que le respondió, guiñandole un ojo a modo de complicidad y haciéndola rabiar por su descaro.

—Emira, esto es serio.

—Opino lo mismo—habló el peliverde que estaba recostado—. ¿Besar a una chica tan linda como Luz en la mejilla? Definitivamente sabes desperdiciar una oportunidad, mittens.

—Pensé que te pondrías de mi lado. Y no les conté esto para que me juzguen, sino para que me ayuden.

—¿En qué?

—En que voy a hacer cuándo me la encuentre en la escuela o en cualquier otra parte. Después de eso no se cómo podré... siquiera verla.

Los mellizos se dieron unas miradas confundidas y hasta cierto punto, preocupadas. Amity no entendía porqué pero tampoco iba a preguntar, solo necesitaba un consejo.

—¿No prefieres hablar del porqué la besaste?

—No, me parece innecesario.—esquivó, bastante inquieta por hablar de eso que no quería hablar, sus sentimientos.

—Innecesario no es sinónimo de "aterrador", mittens—Emira enarcó la ceja acusativamente, en definitiva hablarían sobre sentimientos—. Asi nos dirías tú.

—Si, pero tú no eres yo. Y no tengo miedo a hablar de esto—la peliverde tuvo que voltear a ver a la ventana de la habitación para distraerse con alguna actividad que sucediera fuera, pero sólo veía autos pasar con bastante apuro—. Pero como dije, no es necesario. Yo se perfectamente porqué lo hice.

—¿Ah si? ¿Por qué?—cuestionó Emira, quién seguramente no dejaría ese asunto sin hablar.

No respondió rápido cómo lo haría en una pregunta de matemáticas o de cualquier cosa de la escuela. Esto era algo que no quería responder aunque ya tuviera una respuesta más que clara, una que le atormentaba en cada segundo de su vida desde que se dió cuenta.

Le gustaba Luz.

No tenía nada de malo que le gustara una chica, incluso ya tenía el visto bueno de su madre para presentarle a una futura novia.

DelincuenteWhere stories live. Discover now