Cap 08; Visitas Inesperadas

37 2 0
                                    

Akkun estaba nervioso, en especial con cuatro pares de ojos mirándole con grandes expectativas pero en especial ¿Por qué carajos dejo que Ran dijera eso en voz alta?

- ¿Y bien? - urgio el Haitani mayor, ganándose un cocotazo por parte de su hermano y novio. - Ouch. - se quejo.

El peli-rosa suspiro. - ¿Que quieren que les diga? Entre ese idiota y yo, no ha pasado nada. - mentira, pura mentira y los demonios gemelos, lo sabían.

- Entonces, ¿me imagino que el que South se quedara con la camisa de tu uniforme, significa nada? - arqueo una ceja Angry, haciendo que la cara de Akkun tomara color. - Aaah~ - rio levemente.

- Se presento en mi escuela, y pues cuando estábamos en el baño.. parece que me quería violar o algo. - tembló.

Es cierto que habia dicho que los ojos dorados del rubio le veían como un diamante, pero también habia ese brillo de deseo enfermiso en ellos y pues, le asusto un poco.

- Y fue bueno que saliste corriendo. - comento Ran, comenzando hacer un remolino en la cabeza de su pelusita. - Porque en verdad, te hubiera violado. - volvio a ganarse un golpe.

- Por favor ignóralo. - sonrio Smiley, poniéndose algo nervioso cuando el peli-rosa se ponía pálido.

Rindou, gruño. - ¿Pa' que escondérselo? - rodo los ojos, centrándose en el pequeño. - Mira, South no deja de hablar de ti desde el dia de la fiesta y con respecto a tu camisa, no se la pidas devuelta. Podria tener su semen o algo. - se encogio de hombros.

- ¿¡PERDON?! -el menor del grupo se levanto de su silla bruscamente, asustando a los hermanos Haitani.

Lo iba a matar, oh si lo iba hacer. ¿Por qué tiene los huevos tan grandes, va hacer cochinadas con su ropa? Sabia que era loco pero verga, no se esperaba este extremo.

- Venga Akkun, no creo que sea..

El peli-rosa no escucho, si no que comenzo a marchar hacia su puerta con intenciones de ir en busca de aquel rubio mamaverga de mierda.

Viendo lo furioso que el menor estaba, los cuatro pandilleros que deberían de cuidar de él fueron corriendo detras de él para detenerlo pero ya era tarde, el de pelo rosa ya habia abierto la puerta pero se congelo de inmediato al ver que cierto mastodonte, estaba frente a su puerta.

El colmo.

- Ay no. - se quejo Rindou, tomando a su novio y lanzarlo sobre su hombro.

- ¡Rindou bájame, cuatro ojos de mierda! - se quejo, pero lógicamente el mayor no le presto atención.

Smiley miro como el Haitani menor se llevaba a su hermano, pero también se sorprendio cuando el también fue cargado como un saco de papas. - ¡Espera Ran! ¡No podemos dejar a Akkun!

- No te preocupes, cariño. - le aseguro, caminado hacia la puerta y guiñarle un ojos a South. - Él esta en buenas manos. - rio levemente, haciendo que su novio se quejara mas.

- Con permiso. Permiso. - pidió Rindou, pasando por al lado del rubio mientras él y su hermano ignoraban por completo los gritos de sus parejas.

Akkun no podia respirar.

¿Porque?

¿Por qué no puede estar tranquilo por unos segundos?

South le sonreía de oreja a oreja, le impresionaba el millón de expresiones que el peli-rosa podia dibujar en su rostro en menos de una hora.

- ¿Puedo pasar? - pregunto con voz suave, la sonrisa aun sin dejar sus labios.

Las cejas del pequeño se juntaron. - No. - su mirada afilo, borrándole la sonrisa al mayor. - Te dije que no te quería volver a ver de nuevo.

El rubio inhalo profundo, restringuiendose hacer algo que lo condenaría por completo.

- Queria asegurarme de que todo estuviera bien, fresitas. - explico, sonriendo pícaramente cuando noto el cuerpo del menor estremecerse al oir el apodo.

- P-pues estoy bien, como puedes ver. - respondio, tragando ondo su nerviosismo. - Ahora permiso que quiero salir. - bufeo.

Ya no quería reclamarle para que su camisa del liceo se le fuera devuelta, estaba hecho un desastre y si se quedaba un segundo mas frente al rubio, se moriría de un ataque cardiaco.

Trato de pasarle de largo para salir por la puerta pero aquel brazo musculoso que estaba frente a sus narices, le impidió el paso.

- ¿A donde carajos crees que vas vestido asi? - cuestiono, mirando al chiquillo de arriba abajo.

El peli-rosa llevaba puesto unos shorts que dejaban ver sus piernas blancas, una camisa azul cielo que le quedaba un poco grande y pues su cabello no estaba en su típico peinado de cacatua, si no que estaba peinado hacia abajo.

Para muchos, su vestimenta seria algo normal y algo aburrido ver a un chico de secundaria vestido asi pero para South, era algo prohibido que sus ojos solo podían ver.

Se veia tan tierno, tan dulce e inocente que no quiere que nadie mas lo vea en ese estado.

- Entra a la casa. - le ordeno, acercando su mano al rostro del menor.

- Pero..

Le tomo el menton entre su pulga y dedo índice, asegurándose que el peli-rosa vea lo disgustado que estaba. - No lo repetiré de nuevo, Atsushi. - fruño el ceño, apretando un poco el agarre sobre el menor. - Entra a la casa y no salgas hasta mañana. - volvio a ordenarle, esperando una respuesta positiva del menor.

Akkun so sabia que le paso en ese momento, se sentía tan pequeño.

No le quedo de otra que asentir lentamente, tragando ondo cuando vio que el rubio sonrio- se veia contento con lo sumiso que estaba actuando el peli-rosa.

- Aghmnm~

Y sin previo aviso, el mayor junto sus labios en un beso suave pero demandante, manteniendo firmemente al pequeño en sitio.

Su segundo beso, su segundo beso con este idiota que parece estar obsecionado con él.

Ya ni podia respirar.

Suspiro satisfecho cuando separo sus labios, aquellos ojos dorados brillando con algo de ternura y alegria al no recibir tanta resistencia del pequeño.

- Cuidate. - susurro, dandole un tierno beso en la frente para luego irse caminando.

El menor quedo viendo su espalda, levándose unos de sus dedos a su labios inchados.

¿Le iba hacer caso a este lunatico? Lamentablemente, si. No sabia porque tenia que escucharlo, pero lo haría.

Siempre Supe, Que No Eras Mío (SouKun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora