Cap 15; Palabras

19 2 0
                                    

El peli-rosa fruncio el ceño.

¿Unas palabras?

¿Por que no le dejo su cadaver? Asi, se ahorraría el proceso de homicidio que quiere cometer contra el rubio de musculos.

- Te deja a cargo de Rokuhara, por el momento de su ausencia. - informo el Sano menor, provocando que los ojos del contrario del menor se abrieran como platos.

Los de uniforme morado se giraron en sus talones, enterrando sus cabezas contra el suelo para hacer una reverencia ante el joven. - ¡Gusto de verlo, comandante! - saludaron.

Akkun aun estaba un tanto petreficado con esta noticia, mirando con la boca abierta aquellos jovenes.

Primero eran los de Black Dragon, ¿ahora estos?

- ¡La reunion, ha terminado! - anuncio Draken antes de que él pudiera reaccionar, mandando todos a su casa.

El peli-rosa agacho la cabeza, su respiración siendo un tanto acelerada ante todo esto que acaba de pasar.

- ¿Que pretendes, Terano Minami? - gruño, apretando los puños mientras comenzaba a dirigirse hacia cierto bicolor. - ¡Hanma! - llamo al zombie andante de Kibutsuji.

El nombrado miro al chiquillo acercarse, por lo que soplo el humo de su cigarro en otra dirección para que no le afectara. - ¿Que paso? - pregunto, alzando una ceja al notar el mal humor del de hebras rosadas.

- ¿Dónde esta South? - exigio, sus cejas fruncidas mientras miraba al de ojos dorados.

¿Que donde estaba? En su casa, simple. Que no se quiso presentar a la reunion fue otra cosa lo cual, es confidencial.

Pero estamos hablando de Atsushi Sendo el niño con rasgos femeninos que South se cogió salvajemente un Sabado por la tarde, para que luego el pendejo se vaya sin explicarle la situación en la que se ha metido.

El de tatuajes suspiro, soltando su cigarro para que este cayera al suelo y él pudiera apagarlo.

Él sabia como el pequeño se sintió en todo este dia, sabe la razon por la cual tiene vendas en su cuerpo- porque Hanma, es quien lo vigila via camaras ocultas en su casa cuando el idiota de su amigo se mete en problemas como estos.

Le dolio, sinceramente.

El mas alto se inclino a la altura de su oreja, susurrándole unas palabras al pequeñin. Al obtener la información que èl quería, Akkun solo se dio la vuelta permitiendo que ahora, uno de sus subordinas le entregara una moto y asi la pandilla se fuera del lugar.

Escucho un mofido detras suyo. - ¿Por qué eres tan misterioso? - se cruzo de brazos Kisaki.

- Mira quien habla. - chalequeo el mayor, provocando que el moreno apretara su mandibula.

Izana murmullo al lado de su hermano menor, viendo como Rokuhara se alejaba en las motos. - ¿Estas seguro de lo que haces, Mikey? - cuestiono, mirando a su hermano.

El rubio detuvo los mimos que le hacia a su novio. - Claro, ¿Por qué no lo estaría? - sonrio el comandante de la ToMan.

~

South estaba en su mansion, sentado en un sillon de la sala mientras tratab de concentrarse en aquellos documentos que tenia en frente.

Conocemos Brazil; un país colorido y lleno de la felicidad brasileña, en especial cuando son los carnavales, y hogar del rubio presente. El caso es, que south estaba en Japón solo por negocios temporáneos, jamás quiso establecerse en este lugar pero llego ese pequeño con pijama de pikachu arruinarle los planes.

El caso es, que no puede estar en ambos lugares por mucho tiempo ya que si lo hace, las bandas brasileñas le quitan su territorio o- como le esta pasando ahora- le exigen plata y servicio exclusivo para que no lo maten o mejor dicho, para que no maten a su joya.

En eso, le llego un mensaje de Hanma.

- ¿Que..?

- ¡Terano! - las puertas de la sala se abrieron de repente, provocando que sus hombres le apuntaran aquel chiquillo de hebras rosadas. - ¿¡Que carajos es lo que te pasa!? - cuestiono el menor, continuando acercarse al mayor sin importarle las armas que eran apuntadas hacia él.

El rubio se levanto, dejando los documentos sobre la mesita de cafe. - Atsushi. - susurro un tanto sorprendido, no se espero que Hanma estuviese hablando enserio.

Akkun se paro a unos metros de él, sus puños estando apretados mientras le tiraba dagas con la mirada al contrario. - ¿Que quieres de mi? - pregunto.

- Atsushi..

- Te acercaste a mi, dijiste que no me degradara como basura, que era lo mas precioso que has visto en tu maldita y fregada vida. - comenzo a decir lo que el contrario hizo contra su persona. - Me hiciste sentir querido..

- Atsushi. - repitió nuevamente, rondando la pequeña mesa para acercarse al nombrado pero este solo retrocedio.

- Me hiciste ¡el amor! - alzo su voz, ya ni creyéndose asi mismo. - Me aseguraste, de que no te irias.

[- Jamas te dejaría, mi pequeno. - beso su frente dulcemente, resguardándolo de cualquier daño que el mundo tuviera entre sus brazos mientras los latidos de su corazon, tranquilizaban al menor.]

- ¿Y que gano? - cuestiono, mirando como el otro se quedaba en silencio. - ¡¿Que gano?! - exigio, alzando su mano.

Una cachetada, una bala.

Los subordinados de South, siempre tuvieron sus armas preparadas. Cuando Akkun alzo su mano, y esta hizo contacto con la mejilla de su jefe, uno abrió fuego sin pensarlo.

Pero Minami no iba a permitir que algo le pasase a ese pequeño, ni un rasguño.

Su brazo derecho se enredo entre la cintura del menor para atraerlo a su cuerpo, su mano izquierda seguro de que no se moviera mientras él aceptaba la bala que perforo su carne en el area de su brazo derecho.

- Augh. - gruño en dolor, su agarre en el pequeño siendo un poco mas fuerte.

Akkun abrió sus ojos. - ¡Minami! - se separo del nombrado, mirando la sangre que mancho aquella camisa de vestir blanca.

- Estoy bien, pequeño. - trato de asegurar, pero sabia que era mentira.

- No no no, siéntate. - le ordeno, jalando al rubio hacia el sillon para que se sentara. - ¿El botiquin? - cuestiono preguntado, ya que ninguno de los guardaespaldas se ha movido del asombro.

- Minha joia, te dije que estoy bien. - trato de detener al menor, su voz siendo delicada para que este le entendiera.

- ¡El puto botiquin, Minami! - volvio a exclamar, finalmente expresando lo alterado que estaba.

Los labios del mas alto se separaron un poco, ¿tan preocupado estaba? ¿Aunque estuviesen discutiendo hace unos segundos? - En la cocina. - finalmente respondio, mirando al menor con una expresión de enamorado.

Finalmente obteniendo la información que deseaba, Akkun asintió para luego ir a buscar lo que necesitaba- aunque no supiese donde chorisos estaba localizada la cocina.

South lo observo desaparecerse, aquella expresión de bobo aun sin desaparecer de su rostro.

¿Fue ese mismo chico el que le estaba gritando? ¿El mismo que él lastimo?

Ahora se sentía como una mierda.

Pero eso no lo iba admitir por lo que dirigió su mirada hacia sus hombres, quienes habían bajado sus armas mientras guardaban silencio.

- Vuelve a pasar algo como esto o algun atentado de muerte contra él, y les dare de comer sus cadáveres a los Cães. - gruño entre dientes.

Siempre Supe, Que No Eras Mío (SouKun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora